Villa Fiorito fue la cuna que vio crecer a Diego Maradona y así lo recuerda a cuatro años de su partida
En Villa Fiorito, tierra santa del sur del Conurbano bonaerense, el legado de Diego Armando Maradona sigue vivo en cada rincón. En este barrio humilde del municipio de Lomas de Zamora, donde el ídolo argentino dio sus primeros pasos con una pelota, la memoria del «Pelusa» late con fuerza, especialmente cada 25 de noviembre, fecha que marca el aniversario de su fallecimiento.
A cuatro años de su partida, la figura de Maradona trasciende generaciones. Se encuentra en las frases que inmortalizó, en los goles que marcó en las canchas del mundo y en los corazones de quienes lo recuerdan con devoción. Fiorito es testigo de este fervor: murales, banderas, banderines y placas conmemorativas rinden homenaje al ídolo que llevó su historia a los confines del planeta pero nunca olvidó sus raíces.
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La casa natal de Maradona, aunque no abierta al público, se mantiene como un símbolo, resguardada por quienes trabajan por su memoria. A la vuelta, el Club Social y Deportivo Estrellas Unidas de Fiorito se convierte en epicentro de los recuerdos. Allí, entre asados y anécdotas, los vecinos reviven los días en que jugaban a la pelota con el joven Diego bajo la luz de la luna.
«Con el Pelusa jugábamos hasta que no dábamos más», relata Héctor Armando Mansilla, un vecino que organiza un asado para casi un centenar de personas. Amigos, exjugadores y vecinos se reúnen para compartir historias y recordar al ídolo. En el modesto club, un rincón especial está dedicado a Maradona: libros, camisetas y fotos que reflejan momentos únicos de su vida y su carrera.
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Entre los objetos, destacan una camiseta del Mundial 94 enmarcada y fotos del Diego jugando para Estrella Roja. Mansilla muestra orgulloso dos imágenes: una con Don Diego, padre de Maradona, y otra con el Pelusa en un partido en su quinta de Moreno. «Nos dio un baile tremendo, pero después se pagó el asado», rememora entre risas.
Fiorito no necesita grandes monumentos para recordar a Maradona. La esencia de su legado está en las pequeñas historias, los gestos de humildad y el cariño de quienes lo vieron crecer. Cuatro años de su partida, Diego sigue vivo en el corazón del barrio, la pelota nunca dejó de rodar y su nombre suena con orgullo.
El Corredor Maradoniano
Villa Fiorito avanza en la consolidación de un espacio único para celebrar la memoria de Diego Armando Maradona. La calle Figueredo, una arteria clave del barrio, conecta los puntos emblemáticos de esta tierra con el Club Atlético Diego Armando Maradona (CADAM), impulsor de un ambicioso proyecto: el Corredor Maradoniano. Este recorrido incluirá una imponente estatua de cinco pisos del ídolo, obra del escultor boliviano Juan Guzmán, que se alzará como un nuevo faro para los fanáticos del fútbol y la cultura popular.
«Acá a 200 metros, la rastrojero de Cebollitas lo esperaba a Diego y a sus compañeros para llevarlos a jugar», cuenta Marcos González, presidente de CADAM. Lleva una camiseta con el logo del club y sus colores simbólicos: rojo por la sangre, celeste por el cielo y verde por la esperanza. González explica que el sueño del corredor busca preservar el espíritu de Maradona y compartirlo con futuras generaciones.
Este sábado, el club fue el centro de una jornada especial. Además de inaugurar murales, recibieron la visita de un sacerdote que bendijo las canchas con agua traída del cementerio Jardín de Bella Vista, donde descansan Diego y sus padres, Don Diego y la Tota. «Son dos canchas de futsal y dos de básquet que están libres para que las use quien quiera», destaca González.
El proyecto incluye un «Maradonódromo», un espacio destinado a deportes y expresiones artísticas que abarcará varias cuadras sobre la colectora. Aunque todavía queda mucho por hacer, la comunidad se une en torno a esta iniciativa para honrar al Pelusa de manera creativa y colectiva.
Arte y memoria en cada rincón
La jornada también fue escenario de una intensa actividad artística. Desde temprano, muralistas del grupo NN trabajaron en las columnas que sostienen la autopista Juan Domingo Perón, donde plasmaron a Maradona en distintas etapas de su carrera con la selección argentina: desde juveniles hasta su etapa como DT. Iván Gemelli, líder del equipo, expresó: «Pintamos a Diego en distintos lugares de Fiorito. Nos encanta homenajearlo».
Una de las obras más destacadas es un mural frente al Parque Maradona, que lo muestra en sus facetas más icónicas, con una imagen central donde besa la Copa del Mundo. Este tipo de iniciativas no solo embellecen el barrio, sino que también mantienen vivo el recuerdo del 10 entre los vecinos y visitantes.
«La mano de Dios hizo que Diego sea humano»
En palabras de González, el legado de Maradona trasciende lo deportivo y toca lo humano. Inspirados en la emblemática canción de Rodrigo Bueno, los artistas también dedicaron un espacio al cantante cordobés. El mural fue realizado por Gastón Liberto, creador del proyecto Camino de Dios, que busca plasmar 10 murales en 10 ciudades clave de la carrera de Maradona. Ya hay obras en Estados Unidos, Barcelona y, próximamente, Cuba.
En Fiorito, la figura de Maradona es omnipresente: en las paredes, los carteles, las veredas y el corazón de la gente. Todo el municipio se ha vestido de Diego para reafirmar una consigna clara: Diego vive, no solo en el recuerdo, sino en cada rincón donde la pelota y la pasión nunca dejan de rodar.
Fuente: Clarín.