Nancy es dueña de una tienda de disfraces, que como tantas en Lomas de Zamora, que se reinventó para sobrevivir durante la pandemia.
Nancy Peña es una vecina de Lomas de Zamora, que tiene una tienda de disfraces, un rubro que a la fuerza se reinventó en esta pandemia de coronavirus. Un rubro tan ligado a las fiestas y eventos presenciales, inevitablemente se vio muy afectado con las restricciones del aislamiento social.
«Lo mío son los disfraces, si no hay fiestas no hay disfraces» comenzó a relatar Nancy. «En una época normal no tendría tiempo, porque están todas las mamas enloquecidas con las fiestas de los chicos», en referencia a las fiestas patrias de los colegios».
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«Yo trabajaba con 15 colegios, hasta un colegio del olimpo, o sea tenían que vestir a los nenes, pedían trajes nuevos y trajes tradicionales. Todo lo que ves acá es confeccionado acá y se hacen por diseño».
Y recordó, «en la escuela, por ejemplo, cuando se hacían las fiestas de ingles, viste que por ahí tenían la temática de una película, de un libro y bueno hacemos personajes como los quieren«.
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Además, Nancy puso a disposición tus disfraces para pequeños eventos solidarios para fechas especiales como Navidad y el Día del Niño. «Poder tener la posibilidad de tener algo que les puede servir, yo la verdad que feliz de la vida».
«Ahora para el Día del Niño (2021) de vuelta, ya me pidieron tres» nos contó, al tiempo que «los reyes también estuvieron ahí» en la celebración de enero pasado.
Cambió de disfraz
Cuando en marzo de 2020, se decreta el ASPO por la pandemia de Coronavirus, Nancy tuvo que cerrar su tienda de disfraces y se reinventó. Entre tanta confusión y miedo, ella agarró su maquina de coser y empezó a hacer barbijos para donar al Hospital Gandulfo.
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«En ese momento yo ya había empezado a hacer (barbijos) porque me había dicho el 12 de junio, la jefa de infectología del Gandulfo, que iban a necesitar barbijos. Antes que anuncien, ellos ya sabían que iban a necesitar barbijos«.
En ese entonces, realizó 300 barbijos para donar al sector de Infectología del Hospital Luisa C. de Gandulfo de Lomas de Zamora. «Ese primer aislamiento me la pase cociendo, pensé ‘Pasa enseguida’, ‘En 15 días hacemos barbijos, no pasa nada’. Cuando vez que empiezan a pasar los meses…», relató.
Al pasar los meses, llega lo que normalmente sería la temporada alta, «empieza en mayo -por el 25 de mayo- no se podía hacer nada. El negocio cerrado. ¿Qué hago? No quiero bajar persiana, o sea bajar persiana definitivo«.
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La realidad para muchos comercios no esenciales era cerrar definitivamente o reinventarse. Nancy optó por vender mercadería a consignación, indumentaria, algunos calzados, barbijos y siguió con sus trabajos de costura a pedido.
Nancy nos cuenta hoy con mas esperanza que tuvo que reinventarse para seguir adelante. «Ya fue muy duro el año pasado, que recién levante persiana casi en octubre», agregó.
«Ya las pase todas, ya pase los días de llorar».
«Hable con la señora del alquiler que bueno… fuimos arreglando por semana y a darle lo que podía. Que no te alcanzara para pagar y querer hacer cosas y no poder también porque no tenes el efectivo».
«Me metí en dos créditos en ese momento yo. Hice el de monotributistas e hice uno por el banco, para poder bancar la situación, no fue fácil. No fue fácil para nadie y mucho menos para esto… que es nada, un negocio muy chiquito«.
En este sentido, contó que comerciantes vecinos también se reinventaron, «la chica de la tienda se puso almacén. La casa de música se puso a vender -que era algo bastante gracioso- tenia en la vidriera yerba, azúcar… porque era la única forma que podía tener abierto el local: teniendo comestibles«.
¿Cómo ves el panorama a futuro?
«Yo creo que así, de a poquito… Yo tengo mucha conciencia de que esto justamente es una pandemia, no es culpa de nadie. Hay que ponerle el hombro y de a poquito… yo ya estoy como mas organizada«.
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«Hoy en día estoy recuperando pero así, haciendo… con un popurrí de cosas y con las horas que me paso en la maquina». Y agregó, «yo creo que los disfraces no va a repuntar al nivel que se trabajaba -al nivel que te rinde- en dos o tres años».
Y explicó, «si abrías a las 10, yo ahora abro a las 9 , o sea quedarte mas horas, no cerrar al mediodía, yo cerraba dos horas al mediodía. Ponerle el hombro porque realmente cuesta mucho tener un comercio, no hay que dejarse, no hay que bajar los brazos».
«Yo creo que hay que pelearla, pero toda la gente en general»
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En este sentido, explicó que «tenes que tratar de pelearla mientras que se pueda y reinventarse, si esto no funciona, cambiamos de rubro, hacemos otra cosa. En general en la vida uno se tiene que reinventar, si no te va bien en una cosa, hacer otra, no te quedas quejándote ‘me va mal en la vida'».
«No tengo la verdad de las cosas (risas) pero yo creo que es así».
Nancy tiene su local en Balcarce 230, pleno centro de Lomas de Zamora, y actualmente cuanta con su pagina de Facebook CARAMEL DISFRACES.