El Día de los Inocentes representa una tradición internacional que combina la historia religiosa, y las bromas
El 28 de diciembre se celebra el Día de los Inocentes, una jornada que combina una conmemoración religiosa con una tradición popular basada en las bromas. Este día tiene sus raíces en dos contextos muy diferentes: la tragedia histórica narrada en el Evangelio de Mateo y la alegría festiva que se popularizó en España y Latinoamérica.
Origen religioso: los Santos Inocentes
El Día de los Santos Inocentes tiene un significado especial para la tradición cristiana. Según el Evangelio de Mateo, Herodes I, rey de Judea, ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años en Belén para evitar que el recién nacido Jesús de Nazaret creciera y se convirtiera en una amenaza a su trono. Este episodio, conocido como la matanza de los inocentes, ha sido objeto de debate histórico y teológico debido a la falta de registros externos que confirmen su veracidad.
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En la liturgia católica, esta fecha se conmemora con misas solemnes, en las que a menudo los sacerdotes visten de morado, el color del luto, en memoria de los niños asesinados. Esta tradición tiene raíces antiguas, ya que la celebración aparece mencionada en el Sacramentario gregoriano del siglo VIII.
Tradición popular: un día de bromas
Por otro lado, el Día de los Inocentes es también conocido como una jornada para hacer bromas y gastar inocentadas. Esta costumbre se originó en España durante la Edad Media, cuando se fusionó con la «Fiesta de los Locos», una celebración llena de humor y desorden que tenía lugar entre Navidad y Año Nuevo.
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En la actualidad, las bromas varían desde trucos sencillos hasta elaboradas mentiras inocuas. Algunos ejemplos incluyen colocar una moneda pegada al suelo, servir bebidas con sal en lugar de azúcar o enganchar un muñeco de papel en la espalda de alguien. Los medios de comunicación también participan, publicando noticias falsas para sorprender a sus lectores. Frases como «¡Caíste por inocente!» suelen ser el cierre clásico de estas ocurrencias.
Un día entre la reflexión y la alegría
El Día de los Inocentes representa un contraste curioso: la memoria de un episodio trágico se entrelaza con una tradición festiva que busca sacar sonrisas. Mientras que la Iglesia recuerda con solemnidad a los Santos Inocentes, la sociedad aprovecha para celebrar la ingenuidad con creatividad y humor. Al final, este día invita tanto a reflexionar sobre el pasado como a disfrutar del presente con una dosis de risas.