Trágico récord de homicidios y ataques a jubilados en 2024: registraron 192 muertos y más de 22.000 robos
El año 2024 se convirtió en un trágico récord de homicidios para los jubilados en la Provincia de Buenos Aires. Según un informe de la ONG Defendamos Buenos Aires, se registraron 192 homicidios y más de 22.100 ataques con fines de robo a personas mayores, cifras sin precedentes en el país.
“Nunca antes se habían superado los 189 homicidios ni los 20.000 ataques en un solo año, lo que convierte a 2024 en un año récord en el peor sentido para nuestros jubilados”, afirmó Javier Miglino, director de la ONG. Los datos del informe se recopilaron a partir de causas penales instruidas en tribunales de Lomas de Zamora, Quilmes, San Isidro, San Martín, Morón, Moreno y La Matanza, reflejando una preocupante tendencia en el Gran Buenos Aires.
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Crímenes que conmocionaron a la sociedad
Entre los casos que ilustran esta ola de violencia se encuentra el asesinato de Miguel Montefusco, un periodista jubilado de 77 años de Turdera. Montefusco resultó brutalmente golpeado durante un robo en su hogar el 22 de octubre y falleció 11 días después debido a las graves lesiones.
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Otro hecho estremecedor ocurrió en Claypole, donde Eduardo Omar Jorge Villalba, de 69 años, se encontró sin vida, atado con un cinturón y con evidentes signos de violencia en su hogar. Por este caso, la policía detuvo a dos adolescentes. Sin embargo, el futuro judicial es incierto. “Es probable que los responsables queden impunes con medidas de seguridad temporales en institutos de menores”, lamentó Miglino.
En San Isidro, un jubilado fue torturado durante 12 horas por delincuentes que ingresaron a su vivienda para robar. Y en Merlo, a Miguel Ángel Lavaselli, de 75 años, lo encontraron atado y golpeado en su hogar, tras robarle sus pertenencias más preciadas.
El patrón de los ataques
El informe describe un modus operandi recurrente entre los delincuentes: ingresar violentamente a los hogares de adultos mayores, torturarlos para obtener bienes de valor —particularmente joyas y dinero en efectivo— y, en muchos casos, asesinarlos para garantizar su impunidad. Este fenómeno se denominó por la ONG como la búsqueda del “oro manchado con sangre”.
La situación exige una respuesta urgente por parte de las autoridades. Organismos de derechos humanos y vecinos de las localidades afectadas reclaman mayor presencia policial, justicia eficiente y políticas públicas destinadas a proteger a los adultos mayores, un grupo especialmente vulnerable.