Historias de lo paranormal en Lomas de Zamora: Relatos de miembros de nuestro grupo Lomas Conectado contadas en primera persona
A cuatro días de celebrar Halloween, te dejamos un nuevo especial de “Lomas Paranormal”, donde nos invita a explorar el lado más oscuro y enigmático de Lomas de Zamora, de la mano de sus propios vecinos. A través del grupo de Facebook “Lomas Conectado”, residentes locales compartieron experiencias paranormales que marcaron sus vidas y dejaron huellas profundas en su memoria.
Desde apariciones misteriosas hasta ecos de tragedias pasadas, cada relato suma una pieza a este rompecabezas de lo inexplicable que recorre distintos rincones del partido. Los testimonios, llenos de detalles escalofriantes y vívidos recuerdos, nos trasladan a lugares donde lo desconocido parece estar más cerca de lo que imaginamos.
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Un vestido sin cuerpo en Ingeniero Budge
Myrian Tenis, vecina de Lomas, rememora un episodio ocurrido cuando tenía 14 años, mientras vivía con sus padres en Ingeniero Budge. En una noche de invierno, luego de un corte de luz, fue enviada a comprar velas, acompañada del hermano de su cuñada. “Había mucha neblina”, describe Myrian, y relata que, al pasar cerca de la vieja y abandonada escuela N° 12, escucharon “un ruido fuerte en el piso, como si algo aleteara o se sacudiera fuerte contra la tierra, algo como ‘plaf, plaf’”.
Cuando miró hacia el Riachuelo, vio lo inexplicable: “Era un vestido floreado con mangas largas, como si caminara solo. Movía las mangas como si tuviera brazos, pero no tenía manos, pies ni cabeza, solo el cuerpo”. Paralizada por el miedo, sintió el roce del vestido al pasar junto a ella. El vestido pasó al lado mío y hasta me rozó con las mangas. Fue algo que nunca pude olvidar.

“Él me arrastró de los brazos para que corriera, y llegamos a casa sin las velas, asustados mal”, concluye Myrian, quien recuerda cómo su padre les creyó, explicándoles que en el lugar habían encontrado el cuerpo desmembrado de una mujer y que, de noche, en esa zona se escuchaban lamentos. “De que hay cosas paranormales, las hay”, asegura.
los chicos de la bolitas en Barrio Obrero
Rosa Farías, comparte las extrañas vivencias que experimentó cuando le entregaron su vivienda del Barrio Obrero, en Santa Catalina. Según Rosa, durante las primeras noches en el barrio, se escuchaban “ruidos de bolitas en las paredes y, de noche, se veían niños jugando a la bolita”. Además, menciona que otras sombras de personas se desplazaban por las casas. “La gente se quejaba en muchas casas porque decían que esos chicos no los dejaban dormir, pero no eran niños, había otros habitantes del más allá”, afirma Rosa.

«Una vez, tuve que llamar a mi vecino para preguntarle por qué se pasaba la noche moviendo los muebles, y él me respondió que su casa estaba vacía». Lo que aumentó el temor fue el descubrimiento de que el relleno de los pisos en varias de las casas habría sido traído de un cementerio cercano. “Se encontraron esqueletos, cráneos humanos, cruces y coronas”, asegura Rosa, quien describe la situación como “de terror”. Incluso recuerda que el hecho fue cubierto en el noticiero. “Realmente escalofriante lo que vivimos en esas casas”, concluye.
Una aparición en el colegio Nuestra Señora de Itatí
Yesi De Pizzo Cabral relata una experiencia impactante cuando era estudiante en el colegio Nuestra Señora de Itatí. Al caminar hacia el colegio un día, Yesi vio a «una nena de unos 7 u 8 años caminando sola por el medio del asfalto». «La nena se da vuelta, me mira, y sigue caminando», hasta llegar a la esquina de Virgen de Itatí y Filardi, en Villa Centenario.
Yesi quedó helada, cuando vio que «cruza el asfalto justo en medio de dos colectivos: el 20 de un lado y el 283 del otro. Pensé que la habían atropellado porque los dos colectivos pasaron justo al mismo tiempo» recuerda.

Sin embargo, cuando los vehículos se alejaron, la niña ya no estaba. «Nos miramos con mi compañera, salimos corriendo a buscarla y no la encontramos por ningún lado». Según Yesi, la nena llevaba puesto el uniforme del colegio: un shorts azul y una remera blanca. Sin embargo, ese día no tenía clases la escuela primaria.
Al llegar a su casa y contar lo sucedido, su abuela le dijo que, años atrás, en ese mismo lugar, una niña había sido atropellada. “Es imposible que una nena desaparezca así de en medio de dos colectivos. El susto que me pegué fue tremendo”, dice Yesi.
Campito Tongui: un lugar con un aura extraña
Finalmente, Tavo Balbu recuerda el “Campito Tongui”, donde actualmente se encuentra el Barrio 17 de Noviembre, antes había un predio rodeado de un halo de misterio, hace ya más de 16 años. Según Tavo, en este vasto campo con una casa en el centro vivía un hombre mayor al que “los pomperitos lo iban a visitar” para recibir cigarros y licor.

«Siempre había historias sobre ese lugar, y mucha gente prefería no acercarse». Aunque aparentemente era un lugar tranquilo, Tavo asegura que “el aire se sentía denso y había una vibra rara”, lo que llevaba a los vecinos a evitar la zona, especialmente al caer la noche.
Los relatos de estos vecinos en Lomas de Zamora reviven la inquietud sobre lo paranormal, y, en palabras de Myrian, muchos podrán reírse, “pero de que hay cosas paranormales, las hay”.