Una década de magia a través de los cuentos: Las Cuentacuentos del Hospital Gandulfo cumplen su 10° aniversario
Hace una década, el Hospital Luisa C. de Gandulfo de Lomas de Zamora abrió sus puertas a un proyecto que transformaría la experiencia de niños, adultos y familiares internados. En comunicación con Lomas Conectado, conversamos con Adriana Molina, fundadora de las Cuentacuentos del hospital Gandulfo, quien compartió la historia detrás de esta iniciativa única que cumple su décimo aniversario este 28 de octubre.
“Soy docente de nivel inicial y bibliotecaria, siempre vinculada al mundo de los cuentos. Al jubilarme, decidí llevar adelante un proyecto personal. Inspirada en un grupo de cuentacuentos de Casa Cuna, quise adaptar esa idea al Hospital Gandulfo, que es el hospital de mi zona”, relata Adriana. “Empecé sola, pero pronto se sumaron amigas narradoras, docentes, amas de casa, abogadas, todas voluntarias que encontraron en este proyecto un espacio para volcar su solidaridad”.
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¿Qué son la «cuentacuentos»?
El objetivo de las Cuentacuentos es claro: llevar alegría a quienes enfrentan el dolor, el miedo y la angustia, ya sean niños, adultos o sus familiares. Para Adriana, contar cuentos en un hospital significa ofrecer un respiro, un puente hacia la fantasía, que ayuda a transformar la hostilidad del entorno médico en un espacio donde el bienestar es posible.
Desde aquel 28 de octubre de 2014, cuando Adriana comenzó a narrar en el área de internación pediátrica, el proyecto creció enormemente. Actualmente, más de 30 voluntarias se suman semanalmente a las actividades, que se extienden a diversos servicios del hospital, incluyendo consultorios externos, guardia pediátrica, hospital de día y oncología.
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“El contar cuentos implica un desafío”, señala Adriana. “Los niños hospitalizados no son los mismos que aquellos en las aulas. Aquí se trata de crear un momento de alegría y distracción, una pausa en medio de la angustia. En el hospital, nos convertimos en un puente entre el dolor y la fantasía”.
El trabajo de las narradoras no se limita solo a los niños. También han extendido su actividad a los adultos, narrando en la sala de espera de oncología, en ginecología y hemoterapia, donde, según Adriana, buscan aliviar el miedo de los pacientes. Además, las Cuentacuentos han sido convocadas para acompañar campañas de promoción de la salud, como vacunación, alimentación saludable y lavado de manos.
«Nosotras no leemos, contamos»
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es su compromiso con la promoción de la lectura. Cada miércoles, día de actividad del grupo, se regala un libro a cada niño que escucha los cuentos. “Nosotras no leemos, contamos. El libro es un soporte de la historia que narramos y mostramos, y luego el niño se lo lleva a casa, fomentando así una pequeña biblioteca familiar”, explica Adriana.

A lo largo de estos años, las Cuentacuentos demostraron que la palabra tiene un poder transformador, incluso en los momentos más difíciles. “A través de los cuentos, intentamos que los niños y adultos puedan elaborar sus emociones, identificarse con los personajes y sentir que, al igual que en las historias que narramos, ellos también podrán superar su situación”, concluye Adriana.
Festejo a lo grande: 10° aniversario
Este 28 de octubre, el Hospital Gandulfo será el escenario de una gran fiesta para conmemorar los 10 años de las Cuentacuentos, un proyecto que ha llevado alegría y alivio a miles de pacientes y sus familias. Según Adriana, este festejo será “con bombos y platillos” y contará con la participación de todo el hospital.
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“Estamos en plena etapa de invitaciones”, cuenta Adriana con entusiasmo. “Queremos que todos formen parte: desde las autoridades del hospital, hasta los jefes de servicios, residentes, enfermeros y todo aquel que quiera acercarse”. El evento tendrá lugar en el auditorio del hospital y comenzará con una presentación formal del proyecto, que incluirá un PowerPoint donde se mostrará el crecimiento y logros del grupo en esta década.
Pero como todo buen festejo, no faltarán las sorpresas: “Tendremos una torta con velitas, cantaremos el cumpleaños feliz, haremos un brindis y también proyectaremos un video que repasará la historia de las Cuentacuentos a lo largo de estos 10 años”, adelanta Adriana.
Proyectos y expansión del legado
El éxito de las Cuentacuentos no solo se mantuvo, sino que sigue creciendo. “Queremos seguir sumando servicios dentro del hospital, y lo más importante, que este proyecto se replique en otras instituciones”, explica Adriana. Y ya lo lograron: el Hospital de Llavallol y el HDI de Temperley (ex dispensario) también cuentan con sus propios grupos de cuentacuentos, aunque cada uno con características particulares. “Llavallol es más pequeño y enfocado en urgencias, pero logramos sostener una biblioteca allí. En Temperley, las chicas narran una vez por semana”, detalla.

La expansión a otras instituciones de salud es clave para Adriana, quien subraya que cualquier centro que descubra los beneficios de contar cuentos para el bienestar de sus pacientes puede replicar el proyecto. “Queremos que se animen, que vean que esto es posible y genera un impacto positivo”, anima.
Aplicando la Ley Provincial 14.835: «Cada niño por su nombre»
Un aspecto destacado del trabajo de las Cuentacuentos es su compromiso con los derechos de los niños hospitalizados. En el servicio de internación pediátrica, implementan la Ley Provincial 14.835, conocida como “Cada niño por su nombre”, que refuerza la identidad de los pacientes. Esta normativa exige que en cada cama se coloque una pizarra con el nombre del niño que la ocupa, para que deje de ser un número y sea reconocido como una persona. “Venimos aplicando esta ley desde hace tiempo, aunque se suspendió durante la pandemia, junto con nuestra actividad presencial”, comenta Adriana.
La magia se mantuvo viva en las redes
A pesar de la pandemia y las restricciones que impidieron las visitas al hospital, las Cuentacuentos encontraron la manera de seguir conectadas con los pacientes. “Durante la pandemia, seguimos contando cuentos a través de las redes. Armamos un chat en el que enviábamos cuentos a comedores, merenderos y otras asociaciones”, explica Adriana. Además, se creó una red de audios y tarjetas literarias para seguir ofreciendo compañía a quienes más lo necesitaban.
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Una de las iniciativas más emotivas fue la colaboración con una enfermera en oncología, quien pasaba los “audio cuentos” a los pacientes que estaban en tratamiento de quimioterapia. Aunque la enfermera ya se jubiló, el legado de acompañar a través de la palabra sigue presente.
Actualmente, los cuentos se comparten todos los miércoles en plataformas como YouTube, Instagram y Facebook, manteniendo viva la magia de la narración para aquellos que la necesitan, estén donde estén.

Con diez años de trayectoria y un impacto que sigue creciendo, las Cuentacuentos del Hospital Gandulfo miran hacia adelante con nuevos proyectos y el sueño de seguir llevando alegría a través de las palabras. Y, como siempre, el objetivo se mantiene claro: transformar el dolor en esperanza, una historia a la vez.