Estrategias estudiantiles para reducir gastos y enfrentar una carrera que es cada vez más costoso en la UNLZ
Los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) están recurriendo a diversas estrategias para reducir gastos de la carrera universitaria, que resulta cada vez más costoso. Con el aumento de los precios en alimentos, transporte y materiales de estudio, la comunidad estudiantil se enfrenta a una cursada «cada vez más cara», según relataron a este medio.
Una de las principales preocupaciones es que las ayudas económicas estatales, como la Beca Progresar y el Boleto Estudiantil, resultan insuficientes para cubrir los gastos necesarios. En un contexto donde el reciente aumento en las tarifas de los colectivos llevó el boleto mínimo a 370 pesos y la inflación acumulada del año alcanza un 79,8%, los estudiantes se ven obligados a hacer malabares para continuar con sus estudios.
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enfrentar el desempleo mientras se estudia
Pablo, un estudiante de 32 años que cursa el primer año de Comunicación Social, es uno de los que viven esta realidad. Desde noviembre del año pasado, Pablo se encuentra desempleado, lo que lo obligó a reducir la cantidad de materias en el último cuatrimestre. «Para estar concentrado, uno tiene que tener trabajo», explicó, destacando la dificultad de sostener el ritmo académico sin ingresos estables.

Aunque no puede acceder a la Beca Progresar por superar la edad límite de 30 años, Pablo sí ha logrado inscribirse en el Boleto Universitario, lo que considera una ayuda esencial para poder viajar hasta la universidad. Sin embargo, sus ingresos provienen de trabajos ocasionales de mudanza que realiza los fines de semana, y reconoce que «no es todos los sábados, y a veces no sale nada». Su familia lo apoya, pero él siente que no puede depender demasiado de ellos.
Para reducir costos, Pablo ha optado por utilizar apuntes digitales y llevar comida desde su casa, evitando comprar en el buffet de la facultad. «Mi situación es bastante compleja», admite.
El impacto de la inflación en el transporte
El aumento de las tarifas de transporte ha afectado significativamente a otros estudiantes, como Karen y Yanina, quienes reconocen que el incremento del colectivo a 370 pesos las ha golpeado fuertemente. Ambas son beneficiarias del Boleto Estudiantil, que les proporciona 45 viajes mensuales en la Tarjeta SUBE, un recurso que consideran fundamental para poder asistir a clases.
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Nicolás, otro estudiante beneficiado por esta ayuda estatal, afirma que sin el subsidio sería muy difícil mantener su asistencia a la facultad. Por su parte, Benjamín señala que los viajes acreditados por el boleto estudiantil solo le alcanzan «para una quincena». En el caso de Sofía, quien cursa Periodismo, la situación es aún más complicada: «El año pasado, si no viajaba mucho, la SUBE me quedaba cargada dos meses, pero ahora no me dura nada».
El encarecimiento del material de estudio
El aumento de los precios también ha afectado al Centro de Copiado de la facultad, donde las ventas de libros y copias de apuntes han disminuido notablemente. «En años anteriores se vendía más, pero bajó mucho ahora», comentó un empleado del centro. Los textos académicos, que el año pasado costaban 3.700 pesos, ahora superan los 14.000 pesos. Frente a esta situación, algunas cátedras han optado por dividir los módulos de estudio para que los estudiantes puedan comprarlos por separado.
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Sarina, integrante del Frente Estudiantil Popular (FEP), confirma que «las becas de apuntes vuelan» y que cada vez más estudiantes se acercan a la mesa del centro de estudiantes en busca de una fruta, un café o incluso yerba para el mate, como una forma de ahorrar.
Una situación cada vez más compleja
En el buffet de la Facultad de Ciencias Sociales, los precios también han aumentado considerablemente. Un café chico cuesta 1.200 pesos, una medialuna 600 pesos y una empanada 1.200 pesos. Gustavo, el encargado del bar, señala que el consumo ha bajado significativamente y que muchos estudiantes solo compran lo más básico o traen su comida de casa.
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Ante este panorama, queda claro que los estudiantes de la UNLZ están adoptando múltiples estrategias para enfrentar una cursada que, en un contexto de crisis económica, se vuelve cada vez más desafiante.
Fuente: AUNO