Ya se encontraban imputados en la causa pero estaban en libertad
En lo que fue el macabro crimen del empresario que apareció descuartizado, Fernando «Lechuga» Pérez Algaba, hay dos nuevos detenidos. Si bien ya estaban imputados en la causa, permanecían en total libertad. La justicia determinó que deben esperar la resolución judicial tras las rejas.
Entre las novedades judiciales se halla que además de los dos detenidos, hay un tercero que está a punto de entregarse a la justicia, en el transcurso de las próximas horas, según informaron las fuentes. Todos están envueltos en el proceso del terrible homicidio que fue elevado a juicio.
Los reos detenidos son: Fernando Gastón Martín Carrizo, Luis Alberto Contreras y Matáis Ezequiel Gil. Las aprehensiones sucedieron en los siguientes lugares: Carrizo fue capturado en Hurlingham en tanto que Contreras en Ingeniero Budge, lugar dónde también aparecieron partes del cuerpo de Pérez Algaba. Por su parte, Gil, no fue ubicado por las autoridades, no obstante, él mismo afirmó que se entregará a la policía.
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Los tres sospechosos están imputados por los delitos de: “homicidio triplemente agravado por ser cometido con alevosía, por codicia y por ser cometido por el concurso premeditado de varias personas, ello con el uso de arma de fuego”. El fiscal que lleva adelante la causa es Marcelo Domínguez, de la UFI N°5 de Lomas.
El macabro crimen de Pérez Algaba: descuartizado en Budge
Pérez Algaba, fue baleado de dos tiros por la espalda. La autopsia, estableció el causal de muerte: «falleció a consecuencia final de un paro cardiorrespiratorio traumático producido por una hemorragia aguda secundaria a lesiones ocasionadas por paso de proyectiles que ingresaron en la zona de la espalda efectuados con anterioridad a su descuartizamiento«.
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Esto indica que primero fue acribillado y luego descuartizado. El informe también reveló que el cuerpo presentaba una herida cortante en la espalda que fue producida después de la muerte. La valija donde encontraron los restos del empresario, pertenecía a una familia que vive cerca del Arroyo del Rey. Ellos indicaron que sí, que era suya, pero que se las había robado días atrás, «Nicole».