Lisandro, el vecino de Lomas, se despide de la casa de Gran Hermano en una tensa gala, mano a mano con Furia
En una noche cargada de emociones, Gran Hermano despidió de la casa a otro de los participantes: Lisandro Navarro, el vecino de Lomas de Zamora. La gala de este domingo estuvo marcada por la tensión, culminando con la eliminación de Lisandro, quien se enfrentaba a su principal rival en el juego, Juliana, conocida como «Furia».
Con un 61,6% de los votos en su contra, Lisandro dejó la casa, mientras que Juliana obtuvo un 38,4% de los votos, pero logró quedarse en el reality. La victoria de Juliana desencadenó una serie de eventos inesperados en la casa, incluida la solicitud de Agostina de abandonar el juego, luego de verse envuelta en una confrontación con Juliana.
Agostina expresó su temor a permanecer en la casa, alegando sentirse amenazada por Juliana. «No voy a vivir con una mina que me amenaza de muerte», declaró. Esta situación llevó a una intervención del conductor, Santiago del Moro, quien ofreció a Agostina la posibilidad de abandonar el juego de manera voluntaria.
Las tensiones no cesaron allí. Juliana defendió su postura, mientras Lisandro recibía su despedida, reiterando acusaciones y manteniendo la confrontación con Agostina. La situación alcanzó su punto álgido cuando Agostina ingresó al confesionario entre lágrimas, expresando su miedo y determinación de abandonar el juego por su propia seguridad.
Santiago del Moro, en un intento por calmar la situación, instó a Agostina a reflexionar sobre su decisión y buscar apoyo del equipo de Gran Hermano antes de tomar una determinación final.
¿Quién es Licha?
Lisandro Navarro, conocido cariñosamente como «Licha», es un asesor financiero con una trayectoria de 13 años en el campo. En su presentación en el programa, se autodescribió como una persona transparente, simpática y generosa, aunque admitió tener un temperamento explosivo en ocasiones. Según sus propias palabras, se consideraba capaz de establecer conexiones fácilmente dentro de la casa.
Su participación en Gran Hermano no solo representaba un desafío para el juego, sino también un intento por realizar un cambio radical en su vida. Lisandro había compartido abiertamente que el año anterior se había enfrentado a una dolorosa experiencia: descubrió una infidelidad en su relación y tomó la decisión de terminarla, expulsando a su pareja de su hogar.
Entre sus intereses y pasiones, Lisandro destacaba el fútbol y el gimnasio. Su dedicación al entrenamiento físico y el cuidado de su alimentación eran aspectos que destacaba con orgullo, reflejando su compromiso con una vida activa y saludable.
La entrada de Lisandro al concurso no solo significaba una oportunidad para competir y ganar, sino también una búsqueda personal de superación y renovación tras los desafíos emocionales que había enfrentado en el pasado reciente.