Unicef y Amnistía Internacional se unen en una campaña para promover la «participación activa» de los jóvenes en las próximas elecciones. El objetivo es motivar a la juventud a ejercer su derecho al voto y ser protagonistas del cambio.
«Argentina es un país pionero en América Latina en reconocer y ampliar los derechos políticos a las juventudes. Que se involucre a las y los jóvenes en los procesos de toma de decisiones es vital para garantizar que se tengan en cuenta sus intereses y perspectivas», señaló la especialista en Comunicación de Unicef Argentina, Natalia Calisti, al referirse a la campaña «Nuestro voto cuenta».
En ese marco, a través de un comunicado, añadió: «Las y los jóvenes tienen derecho a ser escuchados y tener voz en las cuestiones que las y los afectan»
La ley 26.774 de 2013 reconoció y amplió los derechos políticos de las juventudes en Argentina, lo que ha llevado a un aumento progresivo en la participación de jóvenes en las elecciones, según informaron Unicef y Amnistía Internacional. Sin embargo, una encuesta de Unicef realizada en 2022 reveló que más del 52% de los jóvenes no se siente representado por ningún partido político o candidato.
Ante esta situación, Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, enfatizó la necesidad de trabajar en una democracia más inclusiva y receptiva a las voces jóvenes. En un contexto de polarización y discursos violentos que socavan la cohesión social y atentan contra los derechos humanos, es crucial promover el compromiso y la participación responsable e informada de las juventudes argentinas.
Según datos del Ministerio del Interior, en 2021, 9 millones de jóvenes estaban inscritos en el padrón electoral. Para Belski, la participación de las juventudes en los procesos electorales es fundamental para el fortalecimiento de la democracia en su 40 aniversario.
Julien, de 17 años y parte de la campaña, destacó que el voto joven es una forma de hacerse escuchar en un mundo mayormente adultocentrista. Es importante aprovechar este derecho, ya que las juventudes son el presente y el futuro, y tienen mucho para elegir. En las elecciones se ponen en juego derechos claves para ellos, como el derecho a la educación sexual integral (ESI), a la identidad, a vivir en un ambiente sano o a la participación juvenil como tal, derechos por los que luchan día a día.