Suicidio adolescente como emergente psicosocial
En los últimos días se conoció la noticia de una adolescente que intentaba quitarse la vida. Este hecho por lo conmovedor de su contenido emocional nos alerta y nos pone en un lugar de empatía con la víctima y su entorno. Lo preocupante es que no es un hecho aislado. Según un estudio publicado por Unicef, en el año 2019, la tasa de suicidio adolescente se triplicó en los últimos 30 años y constituye la segunda causa de defunción en este grupo etario. En los años 2020 y 2021 el registro fue deficiente por la poli-causalidad de la muerte.
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Por lo cual la información que se conoce de este flagelo no es completa ni eficiente .
Es por esto que me parece importante y urgente que podamos construir este concepto del suicidio desde un lugar de actores sociales. Es necesario pensar como sociedad la posible intervención para hacer visible este acontecer y comprometernos desde los distintos roles para entender el tema como perteneciente a la salud mental y la implicancia del contexto como determinante del acto.
La O.M.S (Organización Mundial de la Salud)
Define al suicidio como el acto deliberado de quitarse la vida, entendiendo “ deliberado” como aquello que se hace con voluntad y haciendo uso de la razón. Pensemos juntos esta definición…
La adolescencia es una etapa evolutiva que se atraviesa colmada de vulnerabilidades producto de los grandes cambios y desestructuraciones respecto de las identificaciones, la relación con los padres, pertenencia a grupos de pares, construcción de la identidad sexual, etc. Motivo por el cual se transita con angustia, sensación de pérdida y aprendizajes con un costo subjetivo elevado. Se deja atrás el niño al que los padres contenían y resolvían la mayoría de sus conflictos para empezar a ensayar el rol adulto.
Este devenir necesita ser equilibrado con las nuevas experiencias que implican crecer. Pero ¿qué sucede cuando esto no se logra?, ¿Cuando no se logran alcanzar los estándares socioculturales aceptados?…
UNICEF
Alguno de los factores desencadenantes de la conducta suicida que se dieron a conocer en el último informe publicado por Unicef son los siguientes : Incapacidad en la relación vincular con sus pares, sensación de tristeza que no puede expresar con palabras, agresión y violencia en los hogares , pérdida de seres queridos por muerte o abandono, el desfase entre la expectativa y el logro tanto en lo educativo, laboral o familiar. Es común que lo que se experimente es una sensación angustiante que los desborda y que no logran transitar sin la contención del otro.
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Entonces aquí pondremos en cuestión la verticalidad de la decisión, dado que el sujeto y su conducta es el emergente de un acontecer social. En donde el contexto constituido por factores sociales, económicos , culturales, vinculares etc condicionan la posibilidad de afrontar los conflictos que se van presentando a lo largo de la vida. Entonces este acto no es un hecho puntual sino que es parte de una historia del sujeto.
No todo intento de suicidio busca la muerte, en algunos casos es poner en un acto aquellos pedidos de ayuda que no son posibles expresarlos, tal vez porque no se encuentra un otro disponible en la escucha.
Existen algunos factores que podríamos leer como alertas : el desgano y desinterés, la tristeza y la soledad que pueden estar asociados a una depresión. En otros casos, los adolescentes manifiestan la depresión a través de un alto grado de excitabilidad. Hay algunos otros más observables como los cambios en la forma de alimentarse (pérdida o aumento de apetito) o los trastornos en el sueño.
¿Podemos ayudar a prevenir esta situación? ¿Cómo?
Si bien es difícil para los adultos entender y decodificar el mundo adolescente actual es fundamental cooperar en el desarrollo de habilidades sociales que les permitan integrarse a los grupos de pertenencia como escuelas, clubes etc. Fomentar la confianza en sí mismos destacando logros en lugar de desaciertos. Evitar cualquier actitud de humillación y menosprecio . Ayudar a que tienda al autocontrol acompañando el error desde el aprendizaje que deja equivocarse; así los ayudamos también a tolerar la frustración y volver a intentarlo.
Como reflexión final pensemos en la importancia de las políticas públicas orientadas a conformar redes de contención adecuadas dirigidas a los adultos que se vinculan con los adolescentes como docentes, servicios de salud, fuerzas de seguridad, para atender esta cuestión de salud mental que atraviesa a nuestros adolescentes y fomentar la prevención y evitar el riesgo, como así también la contención de familiares y amigos de las víctimas, cubriendo la posvención trabajando el tránsito del dolor y la culpa.
El suicidio es tema de salud que requiere un abordaje comunitario y responsable
Lorena Vinella
Psicóloga Social