Tras el fracaso del Consejo del Salario, el Gobierno impone aumentos al salario mínimo que llegará hasta los $376.600 en agosto de 2026
Sin acuerdo entre gremios y empresarios, el Gobierno avanzó por decreto con una suba mensual del salario mínimo hasta agosto de 2026. La medida también redefine el seguro de desempleo y marca otro capítulo en la tensión por los ingresos.
Tras el nuevo traspié del Consejo del Salario, el Ejecutivo decidió intervenir. La resolución, firmada por Claudia Testa —funcionaria del Ministerio de Capital Humano y presidenta alterna del organismo— fue publicada este martes en el Boletín Oficial. Allí se fija un sendero de aumentos que llevará el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) desde los $328.400 en noviembre de 2025 hasta los $376.600 en agosto de 2026.
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A quién afecta
La suba impacta en trabajadores mensualizados con jornada completa del régimen general, el sector agrario, la administración pública nacional y otros organismos estatales, aunque con excepciones. El valor por hora también se actualizará: pasará de $1.642 a $1.883 en el mismo período.
El laudo oficial llegó luego de que sindicatos y cámaras empresarias no lograran un punto de encuentro. Cada parte presentó propuestas diferentes y, sin los consensos que exige la ley, el Ministerio de Capital Humano —heredero de las funciones laborales— debió activar el mecanismo previsto ante el bloqueo.
La resolución también modifica la prestación por desempleo. Desde ahora, el monto será el 75% del mejor salario neto de los últimos seis meses del trabajador despedido, pero con límites: no podrá ser menor al 50% ni mayor al 100% del salario mínimo vigente.
Canasta básica
El Gobierno busca dar previsibilidad en un contexto de ingresos deteriorados. Según el INDEC, en octubre una familia tipo necesitó $1.276.649 para no caer en la pobreza y $572.488 para cubrir la canasta alimentaria. El nuevo salario mínimo no alcanza a cubrir ni la mitad de esa línea.

El laudo aparece como un gesto técnico, pero también político: blinda un piso salarial hasta mediados de 2026, aunque lejos de las necesidades reales y en medio de una discusión latente sobre la recuperación del poder adquisitivo y los costos laborales.