Un hombre fue agredido tras ser acusado de abuso, se comprobó su inocencia y ahora pide protección judicial por amenazas
Un confuso episodio ocurrido en la localidad de Santa Marta, partido de Lomas de Zamora, derivó en una denuncia de abuso que luego fue descartada por la justicia. Pese a ello, familiares de la presunta víctima continúan hostigando al acusado y a su entorno. “Hace un mes no tenemos vida».
El hecho se originó el pasado 6 de agosto, cuando Pablo Cuello, de 28 años, se presentó en la puerta del Instituto Manuel Quintana, en Intendente Tavano y Miramar, para retirar a su hijo de 8 años. Allí fue increpado por una joven de 24 años, identificada como I.C.D., y por su madre, C.B.I., quienes lo acusaron de haber abusado de la joven, según relató su pareja en diálogo con Lomas Conectado.
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Según el testimonio de su pareja, Micaela, de 27 años, la situación rápidamente se tornó violenta: “La mamá de esta chica empezó a pegarle, a decirle que ‘sos un pervertido’, ‘sos un abusador’. A lo que él le dice: ‘Estás confundida’. Y ella seguía pegándole. Había un palo en la vereda y la madre de esta chica le pegó con el palo en la cabeza y por todos lados”, relató.
En medio de la agresión, se sumó otro hombre, P.L., cuñado de la denunciante, quien también golpeó a Cuello. “Ya lo estaban linchando, yo tenía miedo que lo maten”, contó una testigo del hecho, según transmitió Micaela. Todo esto ocurrió en la puerta del colegio, frente a alumnos y padres que intentaron disipar el ataque.

La policía intervino y separó a las partes. Sin embargo, al momento de subir al patrullero, el padre de la joven acusadora, identificado como H.D., lo habría amenazado: “Te conozco la cara, gato, ya nos vamos a cruzar”, según consta en el testimonio.
La denuncia y la rectificación
Al día siguiente, por medio de vecinos, Micaela se acercó al domicilio de la denunciante para pedir explicaciones. Allí, según su relato, la propia joven reconoció haberse confundido: “Ella me dice que fue el 14 de noviembre a las 8 de la mañana. A lo que yo le digo que mi pareja en ese momento se encontraba trabajando. Le pregunté si había visto la cara de Pablo y me contestó que no. Y ahí es donde me pide disculpas”, señaló.
La acusación se había originado en un presunto tocamiento en la vía pública: «Ella dice que pasaron en bici y le tocaron la nalga con la mano». Con la comprobación de que Cuello estaba en su lugar de trabajo en el momento señalado, la justicia lo eximió de responsabilidad.
Hostigamiento posterior
Pese a la aclaración judicial, la familia denunciante habría continuado con amenazas y agresiones. El 7 de septiembre, según Micaela, un grupo de personas se presentó en su vivienda: “Quisieron pegarle a mi abuela de 63 años y a mi sobrina de 16. También gritaban que mi marido era un violín. Era un desastre”, aseguró.


La mujer indicó que presentaron denuncias y solicitaron una medida perimetral para resguardar su seguridad, pero que hasta el momento no han recibido respuesta formal: “Hace un mes no tenemos vida. Pedimos perimetral para esta gente. Yo fui a la fiscalía, llevé los testigos que me pidieron, pero no encontramos respuesta. El caso está cerrado, él salió inocente, ya que se encontraba trabajando, pero esta gente sigue molestándonos”, manifestó.
«El fiscal, cuando ella fue a denunciar que la tocaron, ordenó una perimetral para mi pareja, hasta que después se comprobó que él estuvo trabajando. A los 4 días de lo que pasó en la escuela, nos llega una perimetral. Nosotros pedimos perimetral y hasta ahora no obtenemos respuestas. No entendemos como el juez o fiscal puede ordenar una perimetral sin investigar antes».
Micaela concluyó que la situación afectó también a su hijo de 8 años, quien por miedo dejó de querer concurrir a la escuela. Mientras tanto, su pareja continúa trasladándose en auto para evitar nuevos ataques.