Un truco de magia de Rada sorprendió en vivo a las protagonistas de «Viudas Negras» durante Otro día perdido
Este viernes en Otro día perdido, el mago Agustín «Rada» Aristarán realizó un truco en vivo que sorprendió tanto a las invitadas, las protagonistas de «Viudas Negras», Malena Pichot y Pilar Gamboa como al resto del equipo en el estudio. El momento, cargado de asombro y risas, generó una pregunta común en este tipo de espectáculos: “¿Cómo lo hizo?”.
La escena comenzó con una charla distendida sobre los magos y su rol en eventos sociales. “Son de esas cosas que estás en una fiesta de amigos así y de golpe el cumpleaños dice ‘traje un mago’, y dicen ‘qué pelotazo’”, comentó Mario Pergolini, conductor del ciclo. A su vez, Pilar Gamboa recordó una experiencia personal: “Una vez vi un mago en vivo con un amigo que decía todo el tiempo, ‘ahí te cagó’. ¡Ay! ¿Ves que lo puso ahí? Ahí te cagó. Primero que no te está cagando. Está proponiendo un juego, un divertimento, pedazo de forro, claro, relájate un poco”.
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A continuación, Rada desplegó uno de sus trucos, buscando generar una conexión entre ambas actrices. “Voy a hacer un juego con las dos, a ver qué nivel de conexión hay. ¿Está bien? Vas a poner tus manos así, así, un poquito ahí, y cerralas, ¿sí? ¿Cuál te gusta más, esta o esta? Baja esta entonces”, explicó.
El truco consistía en realizar una marca con un fibrón en la mano de Malena Pichot. «Yo lo voy a hacer una pequeña marca acá, sí, cuando se te duerma la mano, una pequeña cruz nada más. Acá en tu mano, que se puede ver en la cámara, señor director, ha puesto una cámara cenital ahí. Además, lo puedo mostrar ahí para que quede bien al zoom. Hacemos un zoom ahí furioso. Hay una cruz que acabo de hacer con un fibrón”, detalló Rada ante las cámaras.

El momento cúlmine se dio cuando la marca “viajó” de una mano a otra sin que nadie notara cómo. “Si hay conexión, debería haber viajado. Hacer todo este rango y llegar a la mano que vos elegiste. Primero, abrí esta. ¿Hay algo? ¡No!”, dijo el mago, dejando al estudio en silencio y con rostros de incredulidad.
El truco, aparentemente simple, logró captar la atención de todos los presentes y revitalizó el eterno misterio detrás de la magia: ese instante en el que lo imposible parece real.