Recesión económica y la búsqueda de alternativas en la compra de indumentaria: el auge de las ferias americanas en el AMBA
En medio de un contexto de recesión económica y pérdida de poder adquisitivo, los argentinos tuvieron que modificar sus hábitos de consumo. Ante la caída de las ventas minoristas, la compra de ropa usada en ferias americanas se convirtió en una alternativa cada vez más popular, especialmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas cayeron un 5,2% en septiembre en comparación con el mismo mes del año anterior. En lo que va del año, la retracción acumulada ya alcanza el 15%, y el sector textil ha sido uno de los más golpeados, con una caída interanual del 5,4%. En este panorama, la ropa de segunda mano ha ganado terreno, no solo como una opción económica, sino también como parte de un cambio de mentalidad hacia un consumo más responsable.
Lee también:
- Crece la bronca contra Edesur por facturas imposibles de pagar
- Banco Nación permitirá pagar facturas sin tasas municipales
El fenómeno de las ferias americanas
Las ferias americanas, espacios donde se comercializa ropa usada, dejaron de ser marginales para convertirse en un mercado en crecimiento. En lugares como Ingeniero Budge, las ferias atraen a una amplia variedad de personas que buscan precios accesibles. “No hay lugar, hay que ir muy temprano”, comenta Wanda, una joven que vende en esta zona, explicando que el método es simple: colocar una manta en el suelo y disponer la ropa sobre ella.
Le también:
A pesar de tener la feria La Salada a pocas cuadras, un lugar al que viajan desde otras provincias para conseguir ropa a bajos precios, las opciones fueron variando. La gente comenzó a elegir ropa usada, antes que ropa de La Salada, a costos muy por debajo del que conseguimos en una tienda de marca.
Además, los métodos de pago también se adaptaron a los tiempos actuales. Aunque el efectivo sigue siendo la opción preferida, aplicaciones como Mercado Pago permiten realizar transferencias de manera rápida y sencilla. Isabel, una jubilada y clienta habitual de la feria, señala que la demanda aumentó: “Con la crisis, la gente compra mucho más, y si la ropa está en buen estado, te la sacan de las manos”.
Crisis en el sector textil
El sector textil no solo enfrenta una disminución en las ventas, sino que también está impactado por factores como la apreciación cambiaria y los altos precios de la ropa en relación con los salarios. Según un informe de Fundar, una canasta de ropa en Argentina cuesta un 35% más que en otros países de la región, y un 16% más si se mide en dólar MEP.
Lee también:
Las razones detrás de estos precios elevados son variadas. La presión impositiva en Argentina es uno de los factores más relevantes: mientras que en el país los impuestos representan el 33% del precio de los productos, en otras regiones del mundo ese promedio es del 8,5%. A esto se suman los tributos a las importaciones y la inestabilidad cambiaria, lo que genera mayor incertidumbre para el sector.
Economía circular: un nuevo paradigma de consumo
En medio de la crisis, también surgió una mayor conciencia sobre la economía circular, un modelo que promueve la reutilización, el reciclaje y el consumo responsable. Las ferias americanas no solo se expanden entre los sectores más afectados por la crisis, sino también entre las clases medias y altas, que encuentran en este tipo de espacios una forma de reducir el impacto ambiental y evitar el consumismo desmedido.
Lee también:
- Lanzan el programa «Lomas recicla en comunidad»
- Piden mayor claridad en el nuevo programa de recolección de residuos
Un ejemplo de esta tendencia es el «Club del Desapego», que se lleva a cabo en el Parque de la Estación en la Ciudad de Buenos Aires. Desde 2019, este espacio colaborativo permite a las personas intercambiar objetos que ya no utilizan. “Para nosotros esto no es un trueque, las cosas no tienen valor por sí solas, adquieren valor cuando se las usa”, explica Macarena, una de las organizadoras.
Este tipo de iniciativas fomenta un consumo más consciente y evita las prácticas acumulativas, centrando el consumo en lo que realmente se necesita.