Cazzu, como maestra de lujo, le enseñó a perrear a Mario Pergolini en vivo: “Esto es todo lo que me puedo mover”
Durante la emisión del programa “Otro día perdido”, Mario Pergolini protagonizó un momento inesperado al intentar aprender a perrear de la mano de su invitada, la cantante y referente del trap argentino, Cazzu. Con humor y autocrítica, el conductor de 60 años se sumó al desafío con entusiasmo, aunque no sin reconocer sus limitaciones físicas.
“Quiero hacer algo desde que te vi. Quiero ver una cosa nada más. Tu libro se llama Perreo. ¿Es muy difícil hacer perreo sin haberlo hecho nunca para una persona de más de 60 años como yo?”, preguntó Pergolini, curioso y decidido.
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En medio de risas compartidas, Cazzu aceptó el reto y comenzó a guiarlo en los primeros pasos del popular ritmo urbano. La escena descolocó a todos en el estudio, especialmente cuando el conductor expresó entre risas: “Me duele todo. Ya mirar me duele. Yo tengo un problema que tiene la edad… Cuando te pasás los 60 empezás a hacer… Tenés dos imanes acá que se te pega todo acá y empezás a bailar como un tiranosaurio”.
Con humor autodepreciativo, Pergolini también se mostró confundido sobre la posición de las manos durante el baile. “¿Qué hago con las manos? Lo de la mano no va, ¿no? ¿Esto se hace o no? ¿Manteca, manteca, manteca? Ni sabía que tenía nombre. No sería un ridículo, porque volví a la tele. Yo volví a la tele, es más ridículo que eso, no va a haber”.
Finalmente, se animó a moverse ante la cámara: “¡Ya, va, va, va! Me entusiasmé, me entusiasmé. ¡No, no! ¡Che! Esto es todo lo que yo puedo mover, todo lo que yo me puedo mover es esto. No se rían”.
Sobre el cierre del momento, Pergolini compartió una reflexión personal: “Nunca he tenido la gracia, no he tenido ningún tipo de gracia. La de bailar es la que menos tengo y es una de las que más me hubiese gustado. Yo creo, y lo digo en serio, creo que bailar, baila nada más que la gente feliz. La gente no feliz no puede bailar. Y yo básicamente soy un infeliz, entonces”.
El episodio, cargado de humor y cierta melancolía, se volvió rápidamente viral en redes sociales, donde muchos celebraron el intento del conductor por salir de su zona de confort, incluso si eso implicaba bailar como “un tiranosaurio”.