Debate en Avellaneda por la estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki: ¿Debe la estación de tren recuperar su nombre «Avellaneda»?
A 23 años de la denominada Masacre de Avellaneda, en la que asesinaron a los militantes sociales Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, una voz local reabrió el debate sobre la estación de tren donde ocurrió el hecho, que ahora lleva sus nombres. El planteo vuelve a poner en agenda el vínculo entre memoria colectiva, identidad local y el uso simbólico del espacio público. ¿Podría la estación de tren volver a llamarse «Avellaneda»?
Su nombre original era Barracas al Sud y en 1994 se renombró Avellaneda. Desde 2013, esta estación ferroviaria del Ferrocarril General Roca, lleva el nombre de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Mediante la Ley 26.900, la estación lleva esos nombres homenaje a su lucha y a las circunstancias de su muerte. El asesinato de los jóvenes, de 22 y 21 años, ocurrió en el marco de una protesta social ocurrida el 26 de junio de 2002.
Lee también:

«No tenemos una estación de tren propia»
El abogado Ezequiel Picallo, vecino de Avellaneda, planteó recientemente la posibilidad de que la estación recupere su nombre original. “Nosotros, los vecinos de Avellaneda, no tenemos una estación de tren propia, no tenemos un lugar emblemático como para cualquier comunidad, como nuestra propia estación de tren”, señaló. Su propuesta generó polémica, aunque aclaró que su planteo no busca cuestionar el reconocimiento a Santillán y Kosteki.

“Parecería que es una crítica o un ataque hacia el reconocimiento a estas dos personas que, lamentablemente, perdieron la vida en un reclamo social. Y está extremadamente alejado de eso”, afirmó Picallo. Además, considera que “el reconocimiento se tiene que dar y creo que la política tiene que mantenerlo y nosotros como vecinos también”. No obstante, subrayó que se debería revisar “en dónde lo hacemos y de qué forma”.
En ese sentido, expresó la necesidad de discutir si “podemos suplantar la pertenencia de Avellaneda en algo tan simbólico, tan cultural como es una estación de tren”. Según su mirada, tener una estación con el nombre del municipio contribuye a reforzar la identidad local. “Tenemos que retomar el espacio público y lo emblemático que es tener una estación de tren con el nombre de nuestro municipio”, sostuvo.
Lee también:
- Reclaman rampas inclusivas en el paso bajo nivel de Temperley
- 117 años de las estaciones Budge y Fiorito

Picallo también recordó que el cambio de nombre se realizó mediante una ley nacional, por lo que cualquier modificación requeriría la intervención del Congreso. En ese punto, expresó cierto escepticismo: “Lamentablemente vamos a depender nuevamente de la política, que sabemos que en ciertas cosas, a lo que no le importa tanto, le da la espalda y pospone o ni siquiera discute”.
Finalmente, reafirmó que su propuesta contempla la coexistencia de ambas memorias: “Tenemos que dar la discusión si nosotros simbólicamente y culturalmente queremos continuar sin tener una estación de tren con el nombre de nuestro municipio, el lugar donde vivimos, compartimos y habitamos”, dijo, y concluyó: “En paralelo y atado a que el reconocimiento hacia Kosteki y Santillán sea fuerte, se mantenga y hasta sea mejor”.