Tensión en Gran Hermano: una prueba de 24 horas entre Eugenia, Katia y Selva terminó en conflicto y declaraciones cruzadas
En la semana 27 de Gran Hermano, una prueba especial que unió a Katia “La Tana” Fenocchio, Eugenia Ruíz y Selva Pérez terminó en una fuerte pelea, insultos y declaraciones que pusieron en evidencia el desgaste de la convivencia. Las tres participantes accedieron a atarse entre sí durante 24 horas a cambio de cigarrillos y yerba, pero la dinámica duró poco debido a múltiples desacuerdos.
Desde el inicio, la relación entre las tres participantes mostraba signos de tensión. Aunque lograron superar las primeras horas sin mayores inconvenientes, los roces comenzaron durante una comida. Eugenia expresó que tenía “un problema con los sonidos” y le pidió a Katia que se alejara mientras comía debido a que le molestaban “las masticaciones”. Katia respondió con incomodidad: “A mí me pasa lo mismo ya con escucharlas. Así que no sé si vale la pena atarse, si mañana capaz se va una de las dos”. Para completarla: Selva se sonó la nariz en plena mesa, lo que aumentó el malestar general.
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“No respetás una mier…»
Aun así, la noche transcurrió sin mayores sobresaltos hasta que Katia sufrió un dolor de oído que derivó en una discusión con Eugenia. “¿A mí qué pingo me importa que te duela el oído? O dormimos aquí o dormimos allá, pero el dolor de oído no se te va a ir porque cambiemos de habitación”, le dijo la santiagueña, quien también la acusó de “solo querer que apaguen el aire” y le pidió que “no sea caprichosa”.
La discusión escaló rápidamente. “Ah claro, estoy mintiendo. Me duele el oído, flaca, ¿qué parte no entendés?”, respondió Katia, quien terminó al borde del llanto. Más tarde, en medio del malestar físico, pidió ir al confesionario para recibir atención médica. “No respetás una mier… y sos flor de atrevida”, le dijo a Eugenia. Mientras intentaba avanzar con las dos compañeras aún atadas, la santiagueña la tironeó para pedirle que camine despacio.

El enfrentamiento continuó con cruces personales. Katia expresó su deseo de abandonar la casa para “no fumarse más a ninguna de las dos”, mientras acusaba a sus compañeras de ser “dos conch…”. Selva, que se había mantenido en silencio hasta ese momento, respondió con ironía, “la energía que tenía sintiéndose mal”, lo que provocó que Katia realizara gestos obscenos hacia ambas.
El conflicto no terminó allí. Luego de recibir asistencia médica, Katia buscó un cigarrillo que Luz Tito se negó a entregarle. En ese contexto, la uruguaya comenzó a cantar canciones religiosas y le sugirió que se abrigara, lo que fue el detonante para que Katia decidiera romper las ataduras.
«¿Sos feliz?»
Horas más tarde, ya sin la obligación de estar unidas, los cruces continuaron. Durante una actividad, Katia repitió una pregunta que ya había planteado en la cena de nominados: “¿Sos feliz?”, dirigida a Eugenia. La frase, reiterada varias veces, pareció profundizar la tensión.
La situación generó un nuevo foco de conflicto dentro de la casa y dejó a la vista la fragilidad del vínculo entre las participantes. En palabras de Katia, la convivencia con Selva y Eugenia la dejó “desestabilizada” y con ganas de abandonar el juego.