Reclamo de trabajadores en La Salada reaviva el conflicto: puesteros y carreros denuncian ser víctimas colaterales
La feria de La Salada, una de las más emblemáticas del conurbano bonaerense, volvió a quedar en el centro de la escena. Uno de sus accesos amaneció custodiado por la Policía Federal Argentina y la división Montada, como parte de una serie de allanamientos vinculados a la detención de Jorge Castillo, conocido como «el rey de La Salada» que derivó en un nuevo frente de conflicto con los trabajadores. El reclamo de cientos de puesteros y carreros que aseguran ser víctimas colaterales de la causa.
«Tenemos todos los papeles en regla, no infringimos ninguna ley de marcas», dijeron en un móvil de LN+. La protesta, pacífica pero cargada de tensión, expuso la vulnerabilidad de quienes dependen del circuito comercial para subsistir. Varios denunciaron que tienen mercadería retenida dentro del predio, sin posibilidad de recuperarla. Alejandro, puestero de Urkupiña, contó que revende zapatillas de fabricación propia y que posee tres depósitos repletos de productos ya vendidos: «Con la feria cerrada, mi familia no come».
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El dato que encendió sospechas fue que el último alquiler se cobró un día antes de la clausura. Aunque los pagos se hacen por adelantado, la coincidencia dejó un mal sabor entre los trabajadores. En promedio, un puesto cuesta siete millones de pesos al mes, y hay más de seis mil en todo el complejo.
«Queremos trabajar»
La protesta sumó a coordinadores de tours de compra y comerciantes de zonas como Flores y Avellaneda, quienes también se ven afectados por el parate. «Pago más de un millón al mes entre alquiler y gastos. Y hoy no puedo ni abrir mi puesto», se quejó una feriante.
En un video publicado en redes sociales, expusieron: “Las puertas de la Cooperativa Ocean en la feria La Salada, una de las ferias más importantes de todo el país y de Sudamérica, hoy están cerradas. Estas manos que hoy ves aplaudiendo y reclamando por trabajo son las manos que visten a un país hace más de 30 años».
«Estas manos hoy deberían estar cosiendo, estampando, planchando y doblando la ropa que te vas a poner esta temporada. Nuestro reclamo es justo. Señora fiscal, queremos trabajar. Queremos volver a ver nuestro los pasillos llenos de gente. Queremos hacer lo que hicimos toda la vida, queremos trabajar”.
El juez federal de Quilmes, Luis Armella, ordenó el operativo del jueves pasado, sin actividad en el predio, para garantizar el secuestro de documentación clave. Hubo 62 allanamientos simultáneos en distintos puntos del conurbano y en el country de Luján donde se concretó la detención de Castillo. Pero mientras avanza la causa judicial, la incertidumbre crece entre los feriantes, que siguen esperando poder volver a trabajar.