Santiago del Moro sorprendió a los participantes de Gran Hermano con una visita especial y lo que se vio y lo que no de los castings
En la noche del miércoles, Santiago del Moro volvió a ingresar a la casa de Gran Hermano para compartir una cena con los once participantes que continúan en competencia. La visita se dio en el marco de una nueva dinámica del programa, que comenzó con el tradicional “congelados” y la entrega de una valija por parte del staff en la puerta de la casa.
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El conductor ingresó directamente al SUM, donde esperó a los jugadores para compartir una comida distendida y realizar un balance del proceso que cada uno vivió desde los castings hasta la actualidad. Durante el encuentro, se vieron momentos de distensión, risas, chistes, algo de incomodidad y reflexiones personales. Los participantes hablaron de sus presentaciones iniciales, repasaron sus motivaciones para ingresar al reality y recordaron a sus familias.
“Muchos dejaron casi todo atrás para sumarse al juego”, destacó Del Moro, en medio de un clima cargado de emoción. Entre los recuerdos más comentados estuvo la presentación de Katia Fenocchio, donde se la ve despidiéndose de su prima Gisela, una escena que generó sensibilidad en varios de sus compañeros. También se mostró por primera vez la caravana de motos que acompañó la llegada de “la Tana” a la casa, lo que provocó reacciones de sorpresa y entusiasmo entre los presentes.

El ingreso de Del Moro, además de fortalecer el vínculo entre los participantes y el conductor, funcionó como una pausa emotiva en medio de la competencia, en la recta final del certamen.