Impactantes declaraciones
Un caso que conmociona a gran parte de la sociedad lomense es lo que circula entorno al «abuelo abusador» de Villa Albertina. Él mismo, lejos de negar los aberrantes hechos que lo incriminan, recientemente confesó :«Ella me buscaba. Se tiraba arriba mío».
Freddy, como lo conocen en el barrio, tiene 56 años. Estaba al cuidado de su nieta hasta que la pequeña le dijo a su maestra de la escuela: «No quiero volver a mi casa porque no me gustan las cosas que me hace mi abuelo». Ese fue el puntapié inicial para descubrir todo el calvario que ocurría puertas adentro del hogar.

Las terribles confesiones del abuelo abusador
Todo lo expuesto por el hombre causó gran indignación no solo en el entorno familiar sino que también repercutió con gran fuerza en todo el barrio. Muchos vecinos, estupefactos, no lograban comprender los comportamientos de un hombre que parecía buena persona.
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Freddy, confesó: «Lo hice porque me hacía jugar, me agarraba, y me tiraba a la cama» a modo de echar culpas a la niña y tratar de, haciéndose cargo de sus actos, de cierto modo, justificar la situación. Intentó correr el eje de la cuestión otorgándole responsabilidad a la niña como «una provocadora sexual».
Esto lo confesó en la conversación que tuvo con la mamá de la niña quién sin que él se diera cuenta, lo grabó. Esa fue la prueba que presentó ante la justicia cuándo radicó la denuncia. De momento, el abuelo abusador continúa prófugo.

«NO ME GUSTAN LAS COSAS QUE ME HACE MI ABUELO»
Todo el calvario que la niña debía soportar fue descubierto por su maestra de la escuela, cuando la niña, se quebró y contó lo que vivía. La verdad llegó a la luz de la boca de la misma inocente niña. Fue en la escuela cuando cerca de finalizar la jornada educativa le dijo a su maestra: «seño necesito que me ayude». Ante esto, la maestra preguntó qué estaba pasando pero nunca imaginó lo que la niña tenía para decirle.
La respuesta la dejo helada. «No quiero volver a mi casa porque el abuelo me hace cosas que no me gustan. Me baja los pantalones» expresó. Como por si fuera poco, la niña era intimidada por el hombre para que no revelara lo que estaba sucediendo. La amenazaba de «pegarle con el cinto».