“Batalla” con pistolas de hidrogel en plenas calles enciende el debate sobre la seguridad de estos juguetes
El pasado sábado por la tarde, Villa Fiorito se convirtió en un campo de guerra improvisado, con un lejano aire al viejo carnaval que conocemos. En la Plaza 1° de Octubre, ubicada en la intersección de las calles Morse y Larrazábal, vecinos de todas las edades se enfrentaron en una «batalla» de agua y pistolas de hidrogel que comenzó a las 16:30 y fue convocada a través de redes sociales.
Al mejor estilo de los videojuegos de Battle Royale, los participantes se dividieron entre quienes circulaban en camionetas con baldes y bidones de agua, y aquellos que se desplazaban a pie, armados con las populares pistolas de hidrogel. El evento, aunque en apariencia inofensivo, ha reavivado las preocupaciones sobre la seguridad de estos juguetes y el impacto de su uso en espacios públicos.
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Un juguete de moda, pero cuestionado
Las pistolas de hidrogel, cuya popularidad creció gracias a la red social TikTok, funcionan disparando pequeñas bolitas compuestas en un 98% por agua y un 2% de polímero/plástico. Sin embargo, estas réplicas de armas no están exentas de riesgos.
La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) emitió recientemente un comunicado en el que advierte sobre los peligros asociados a estos productos. “Son juguetes peligrosos ya que no cumplen las normas de seguridad y pueden generar daños oculares, además de provocar asfixia si un disparo entra en la boca”, señaló la entidad.
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Matías Furió, presidente de la CAIJ, destacó que estos juguetes no se fabrican en el país, ya que la industria nacional considera que fomentan conductas violentas y no son apropiados para niños. Sin embargo, su comercialización a través de plataformas digitales y en jugueterías sigue siendo una realidad.
“También hemos detectado modelos que incluyen baterías de litio inseguras, las cuales representan un riesgo de explosión”, agregó el comunicado, sumando una preocupación adicional.
Un llamado a la reflexión
El evento en Villa Fiorito no es el primero en Argentina que pone en evidencia la creciente popularidad de estas pistolas y las actividades organizadas alrededor de ellas. Hace pocos días, otro encuentro similar ocurrió en el limite de la localidad de Villa Fiorito y Caraza (Lanús). Aunque para muchos vecinos fue una tarde de diversión y camaradería, para otros representa un motivo de alarma por los posibles riesgos.
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La CAIJ y otras organizaciones instan a los adultos a supervisar el uso de estos juguetes y fomentar alternativas de juego más seguras. Además, recalcan la necesidad de una mayor regulación en la venta de productos que no cumplen con los estándares de seguridad necesarios.
Mientras tanto, la «batalla» de Villa Fiorito deja en evidencia cómo las tendencias digitales pueden influir en las dinámicas de las comunidades locales y plantea interrogantes sobre los límites entre el entretenimiento y la seguridad.