A 41 años de la restauración de la democracia en Argentina: el legado de un país que eligió la libertad
El próximo 10 de diciembre se cumplen 41 años de la restauración de la democracia en Argentina, un hito histórico que marcó el fin de la dictadura cívico-militar y el regreso al Estado de Derecho. Ese día, en 1983, Raúl Ricardo Alfonsín asumió como presidente tras unas elecciones que simbolizaron el anhelo de una sociedad que luchó por recuperar las instituciones democráticas, la vigencia de los derechos humanos y las libertades públicas.
La fecha, que coincide con el Día Internacional de los Derechos Humanos, quedó grabada en la memoria colectiva por la masiva movilización ciudadana que acompañó a Alfonsín desde el Congreso de la Nación hasta la Casa Rosada. Allí, Reynaldo Bignone, último presidente de facto, le entregó los atributos del poder, sellando el retorno a la democracia tras siete años de represión, censura y desapariciones forzadas.
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La recuperación democrática fue fruto del esfuerzo de un amplio espectro de actores sociales y políticos. Los partidos tradicionales, sectores del movimiento obrero y organismos de derechos humanos desempeñaron un rol clave en la articulación de la resistencia frente al régimen militar. Estas fuerzas convergieron en un objetivo común: restaurar la Constitución Nacional y garantizar las libertades fundamentales.
Repercusiones
La llegada de Alfonsín al poder no solo representó un cambio de gobierno, sino también una resignificación del ejercicio democrático. El nuevo contexto permitió iniciar un proceso de memoria, verdad y justicia, destacándose la creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) y la publicación del informe Nunca Más, pilares en el camino hacia la reparación histórica.
En 2007, el Congreso Nacional sancionó la Ley N.º 26.323, que declaró el 10 de diciembre como el “Día de la Restauración de la Democracia”. Esta conmemoración anual invita a reflexionar sobre la importancia de preservar el sistema democrático y los valores que lo sustentan, especialmente en un mundo donde las amenazas a las libertades políticas siguen vigentes.
A 41 años de aquel día histórico, Argentina celebra no solo el regreso de la democracia, sino también la resistencia de un pueblo que eligió el camino de la libertad, la justicia y la participación ciudadana.