Cerró una de las plantas de Avon en San Fernando deja a 293 trabajadores sin empleo: impacto y controversias
Tras 44 años de funcionamiento, la planta de distribución de Avon ubicada en San Fernando cerró sus puertas, dejando a 293 empleados sin trabajo. La decisión responde a una estrategia de centralización operativa por parte de Natura, propietaria de Avon desde 2020, que trasladará sus operaciones logísticas a la planta de Garín, en la misma provincia.
El cierre marca un giro significativo para la reconocida firma de cosméticos, que tiene presencia en Argentina desde hace 54 años. En 2021, la planta de San Fernando empleaba a casi 800 personas, pero en los últimos tres años su dotación se redujo drásticamente.
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Reclamos de los trabajadores
Los empleados despedidos denunciaron que la notificación del cierre se realizó de forma informal y sin claridad sobre sus indemnizaciones. Según reportes, muchos se enteraron del fin de sus funciones a través de llamadas telefónicas y mensajes de WhatsApp.
“Nos enteramos vía WhatsApp y a algunos compañeros que son sordomudos les enviaron mensajes de audio”, declaró un trabajador a Crónica TV, evidenciando la falta de consideración en el manejo de la comunicación.
Respuesta de la empresa
Natura/Avon aseguró que está acompañando a los empleados afectados y cumpliendo con las disposiciones legales vigentes. Además, destacó que el cierre no afectará las operaciones de las 200.000 revendedoras de la marca en Argentina ni la producción en su planta de Moreno.
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Sin embargo, persisten dudas sobre las implicancias de la centralización en Garín para los envíos internacionales, particularmente hacia Chile y Uruguay, que previamente se gestionaban desde San Fernando.
Impacto regional y laboral
El cierre de la planta genera inquietudes sobre el impacto en el empleo local y el futuro de los trabajadores despedidos, muchos de los cuales formaban parte de la comunidad laboral de la zona desde hace décadas.
En un contexto económico desafiante, la noticia añade presión al mercado laboral argentino y plantea interrogantes sobre cómo las empresas multinacionales manejan sus operaciones en el país. Por ahora, los trabajadores exigen respuestas más claras sobre sus derechos y una gestión más humana en este difícil proceso de reestructuración.