Día del Médico: por qué el 3 de diciembre se destinó para conmemorar el rol de los profesionales de la salud
Cada 3 de diciembre, América Latina celebra el Día del Médico, una fecha destinada a honrar el rol crucial de los profesionales de la salud en la sociedad. Esta conmemoración se instauró en 1953 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y se fijó en homenaje al médico y científico cubano Carlos Juan Finlay, quien nació un 3 de diciembre de 1833 y realizó descubrimientos fundamentales para la medicina moderna.
En Argentina, la celebración se adoptó oficialmente en agosto de 1956, gracias a una iniciativa del Colegio Médico de Córdoba, respaldada por la Confederación Médica Argentina y oficializada mediante un decreto gubernamental.
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El legado de Carlos Juan Finlay
Carlos Juan Finlay es recordado como uno de los pioneros en la lucha contra las enfermedades transmisibles. Hijo de una madre francesa y un médico escocés que había combatido junto a Simón Bolívar, Finlay nació en Cuba y se formó inicialmente en Europa. Sin embargo, su título no lo reconocieron por la Universidad de La Habana, lo que lo llevó a estudiar en el Jefferson Medical College de Filadelfia, Estados Unidos, donde se especializó en epidemiología.
Uno de los momentos más destacados de su carrera ocurrió cuando el ejército estadounidense lo convocó para investigar las muertes de soldados causadas por la fiebre amarilla. Fue allí donde Finlay descubrió que el mosquito Aedes aegypti era el vector de transmisión de esta enfermedad. El científico identificó que el insecto, al picar a una persona infectada, adquiría el virus y podía transmitirlo a otros individuos mediante nuevas picaduras.

Aunque inicialmente su hipótesis se rechazó en 1881, con el tiempo la ciencia le dio la razón. En 1890, la Walter Reed Commission confirmó su teoría, otorgándole el reconocimiento que merecía. Este descubrimiento no solo marcó un antes y un después en la medicina, sino que también permitió implementar estrategias efectivas para controlar brotes de fiebre amarilla y prevenir miles de muertes.
Finlay falleció el 20 de agosto de 1915 en La Habana, a los 81 años. Su legado continúa vivo, no solo por su aporte a la medicina, sino también porque su figura se erige como un símbolo del compromiso y la dedicación de los médicos en la búsqueda del bienestar colectivo.