El intendente Julián Álvarez responde a demanda histórica de los residentes, clausurando establecimiento con antecedentes de impacto ambiental.
El municipio de Lanús tomó medidas decisivas en respuesta a años de denuncias por parte de los residentes de Valentín Alsina, clausurando la grasera MAPAR S.A. Este cierre se enmarca en un esfuerzo conjunto con ACUMAR y el Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, evidenciando un compromiso con el bienestar ambiental y la salud pública.
El intendente Álvarez expresó: “Hace más de 50 años el establecimiento presenta denuncias por su alto impacto ambiental, evidenciado por el vuelco de efluentes líquidos sin tratamiento al conducto pluvial y a la vía pública, emisiones gaseosas de vapores y olores nauseabundos provocadas por acopio a cielo abierto”.
La grasera MAPAR S.A., operando desde 1966 en el distrito, se ha dedicado a la elaboración de harinas de carne y hueso destinadas a la nutrición animal, así como a la producción de grasas líquidas para diversos fines industriales, según su propio sitio web oficial. Sin embargo, estos fines industriales han estado acompañados por una serie de denuncias de los vecinos y vecinas del área debido a su impacto ambiental negativo.
Grasera MAPAR: Antecedentes
En agosto de 2022, la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) llevó a cabo una serie de inspecciones tanto diurnas como nocturnas en las graseras Mapar y Hebos de Valentín Alsina, Lanús. Estas inspecciones revelaron anomalías en los procesos de dichas empresas, lo que resultó en la clausura de la primera y en sanciones económicas para la segunda.
Las sospechas de vuelcos irregulares surgieron a raíz de auditorías ambientales realizadas por ACUMAR, sumadas a las constantes denuncias de la comunidad. En el caso de la grasera Mapar, las inspecciones se llevaron a cabo a lo largo de toda una semana, abarcando diferentes horarios del día y de la noche. Durante estas inspecciones, se descubrieron vuelcos irregulares que desembocaban en el arroyo Millán, en el camino de la ribera del Riachuelo. Como resultado, se emprendió una exhaustiva búsqueda dentro de la empresa para detectar cualquier conexión clandestina.
Finalmente, durante una fiscalización nocturna, se logró identificar el dispositivo a través del cual la empresa realizaba la maniobra clandestina para verter sus efluentes sin tratar directamente en el pluvial. Esta acción condujo a la clausura total del establecimiento y de sus procesos productivos.
Además de la clausura, la empresa fue multada por las infracciones cometidas y se le ordenó corregir todas las irregularidades detectadas, lo que incluye la implementación de mejoras en la planta de tratamiento de gases y de efluentes líquidos.