Un jurado popular la había encontrado culpable. Sin embargo, el veredicto fue desestimado
Un trágico caso que sucedió en Villa Rita. Una mujer, mató a golpes a su marido. Por tal crimen, fue condenada a once años y seis meses de prisión. No obstante, el Tribunal de Casación Penal bonaerense, anuló la condena y reenvió la causa a primera instancia.
Mató a su marido a golpes: el por qué
Un hecho realmente lamentable es el que concierne todo el trasfondo de la situación. Todo sucedió puntualmente el 19 de febrero de 2019. Allí, en el interior de una vivienda de Villa Rita, Gilda Rosalía Acosta se enteró de que su marido, abusó sexualmente de sus hijos.
Acto seguido, enardecida tomó un disco de los que se utilizan en los gimnasios para hacer ejercicio. Pesaba 10 kilos. Comenzó a golpearlo en la cabeza contundentemente hasta que por último, optó por estrangularlo con el cable de teléfono. Luego, en la desesperación, escondió el cuerpo en un placard de la casa.
La víctima fatal era Richar Alejandro Sánchez, quién en ese entonces, tenía 19 años menos que ella. Era de Paraguay. Luego de esconder el cuerpo, lo cubrió con cemento. Sin embargo, fue tan grande su secreto que no lo pudo guardar. Ella misma fue a la comisaría y contó todo lo sucedido.
La sentencia
Por aquella situación, en la que Acosta mató a golpes a su marido, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº6 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora la imputó por los delitos de «homicidio agravado por el vínculo». El jurado popular, dio su veredicto: la encontró culpable.
Paula Rodríguez, su abogada no consideró justa la decisión de la condena de 11 años y 6 meses de prisión. Decidió entonces, interponer un recurso de casación. Hizo hincapié en que todo el proceso judicial y la sentencia se hicieron «sin contemplar la perspectiva de violencia de género».
Revés en la causa: anulación de la condena
Finalmente, la Sala Quinta del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires le concedió la razón a la letrada defensora y revirtió el proceso. Anuló la condena impuesta a Gilda Rosalía Acosta y volvió todo el proceso para atrás a primera instancia.
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Consideraron que lo dictaminado por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº6 de Lomas era «palmariamente irrazonable debido a que la homicida no tiene antecedes penales y se encontraba en una situación de extrema vulnerabilidad».
