La tercera pata luego de el tiroteo en el club Los Andes, es el miedo de los padres y de toda la comunidad educativa del colegio
La violencia en el fútbol argentino ha vuelto a ser noticia después de que se produjera un tiroteo entre dos facciones de la barra brava del Club Atlético Los Andes, en la puerta de la escuela del club. El episodio dejó una vez más en evidencia la necesidad de tomar medidas urgentes para erradicar a los violentos de los clubes.
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La comunidad de padres de la escuela Ejército de Los Andes en Lomas de Zamora se reunió con autoridades del municipio de Lomas y de la institución para solicitar medidas de seguridad. Los directivos se comprometieron a reforzar la seguridad y a poner dos patrulleros las 24 horas en los ingresos de Portela y Santa Fe. Además, entregaron el listado de todos los socios del club y los videos de las cámaras de seguridad a las autoridades para que investiguen y eviten que ocurra algo similar en el futuro.
En la reunión se habló de medidas para aumentar la presencia policial y garantizar corredores seguros. También se está considerando contratar una empresa de seguridad privada para evitar que entren personas registradas en el Aprevide. Sin embargo, algunos padres expresaron su preocupación por tener que pagar una cuota que puede estar financiando a las barras bravas.
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Omar Plaini, flamante presidente de Los Andes, expresó en una entrevista en Radio Gráfica su repudio al enfrentamiento y pidió una solución inglesa al conflicto de la violencia en los clubes. «Es doloroso y terrible el vandalismo del fútbol. Si no hay una política desde los sectores judiciales y la seguridad para erradicar a los violentos, los clubes vamos a seguir conviviendo con las barras y es imposible convivir con quienes no desean instituciones familiares», declaró.
La violencia en el fútbol argentino es un problema que no puede ser ignorado. Es necesario que los sectores judiciales y de seguridad tomen medidas concretas para erradicar a los violentos de los clubes y garantizar la seguridad de los aficionados y las comunidades cercanas. Los clubes también deben asumir su responsabilidad en este asunto y trabajar para crear instituciones familiares que promuevan el deporte y la convivencia pacífica.