Rafael Díaz, es un vecino banfileño que construyó el famoso “chalet del cielo” de la 9 de Julio, que puede verse desde el Obelisco
En la terraza de un edificio de nueve pisos se encuentra el popular «chalet del cielo» que pertenece a un banfileño que vió la construcción del Obelisco desde las alturas. A casi 100 años de su construcción, hoy queremos contarles la historia de Rafael, un vecinos de Banfield que tubo la fantástica idea de crear un edificio con un chalet de estilo marplatense en la cima.
Rafael Díaz llegó junto a su mamá desde España a fines del siglo XX, con “una mano atrás y otra adelante”. Enseguida comenzó a trabajar en una tapicería ubicada en el barrio de Once. Cuando se cansó de trabajar en la capital se mudó a Banfield y empezó a trabajar en una mueblería muy chica, que era de un pariente. De hecho, algunos de sus familiares todavía viven en Turdera y Banfield.
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Según Diego Sethson, uno de sus bisnietos, siempre fue un “negociante y vendedor”, por eso consiguió trabajo en una mueblería más grande, donde triplicaba en un año su ganancia anual. Alli se dio cuenta que podía tener su propia mueblería y decidió emprender su gran sueño: un edificio de varios pisos con muebles y una casa en la cima.

El origen de «Muebles Díaz»
Una vez que compró el terreno ubicado en Sarmiento 1113, decidió armar el showroom más grande de Sudamérica y llamarlo “Muebles Díaz”. Ante semejante éxito, no tenía tiempo para volver a Banfield a almorzar y dormir la siesta.
Para solucionar el problema, en 1926 comenzó la construcción del chalet Díaz, un lugar pensado para descansar en los intervalos de la jornada laboral. La vivienda inspirada en los chalets de Mar del Plata, un año después, ya era realidad.
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“Siempre fue y vino de Banfield, muy pocas veces se quedó a dormir, solamente si tenía que hacer algún negocio al otro día, pero no fue pensado para uso constante como vivienda. Ningún familiar vivió ahí”, aseguró el bisnieto de Rafael.
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Cuando Diego encontró los escritos de su bisabuelo, le pareció “genial” todo lo que hizo para llegar a tener la mueblería más grande de Sudamérica. Rafael no sólo viajó a Europa y Estados Unidos para aprender el modelo de venta por catálogo, sino también tenía una manera de vender muy particular: le preguntaba a sus clientes el color de las paredes y cómo estaba compuesta la familia.
“La gente venía a Buenos Aires a comprar por las facilidades y por la calidad, obviamente, de los muebles. Con eso literalmente podemos decir que hemos vendido muebles a todo el país”
El chalet de la 9 de Julio “presenció” la construcción del Obelisco en 1936, ubicado a algunos metros; también el ensanchamiento de la avenida un año más tarde. Luego de la muerte de Díaz en 1968, los herederos alquilaron los pisos de la mueblería a distintas empresas y, durante la década del 70, la casita funcionó por un tiempo como un estudio fotográfico.

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En 2014, el inmueble fue declarado patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires, es por eso que no puede ser modificado sin la aprobación previa del Ministerio de Cultura.
La actualidad del chalet y el edificio
La idea a futuro es transformar todo el edificio en un gran “polo cultural”, pero al mismo tiempo está a la venta debido a que la situación económica les “pegó fuerte” y casi el 60 por ciento del edificio está vacío (a un promedio de 800 metros cuadrados por piso).

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“Creemos que puede ser un gran polo cultural que conviva con lo gastronómico. El chalet tiene mucho potencial para hacer los rooftops que se usan ahora”, concluyó Sethson.
Pocos tuvieron la oportunidad de conocer el chalet porque no está abierto al público, pero todo aquel que tenga un mueble Díaz con el logo que lo distingue, puede enviar una foto al Instagram de Diego Sethson para ganarse un pase junto a tres personas de su entorno y así conocer “la casita donde nacieron sus muebles”.