Buenos Aires, 5 de noviembre (NA) — Luego del intento de robo en Núñez que terminó con un motochorro abatido por un efectivo retirado de la Policía Federal, se conoció un dato alarmante: en lo que va de 2025 hubo más de 3.120 ataques de delincuentes hacia policías en todo el país, lo que equivale a unos 11 casos por día.
Así lo denunciaron las ONGs Defendamos Buenos Aires y Defendamos la República Argentina, encabezadas por el abogado experto en Seguridad Pública Javier Miglino.
“Se trata de un triste récord de ataques a uniformados en todo el país, algo que no ocurrió nunca desde que en 1985 comenzaron las primeras mediciones”, remarcó Miglino.
Según el relevamiento, los ataques se produjeron con todo tipo de armas: revólveres, pistolas, escopetas, cuchillos y palos.
“Estamos hablando de poco más de 11 casos cada 24 horas en estos 310 días de 2025. Más de la mitad de los ataques ocurrieron en la provincia de Buenos Aires y en Capital Federal. El resto en todo el país”, precisó el letrado.
Un robo frustrado en Núñez que volvió a exponer la inseguridad
El martes, al menos seis motochorros en tres motos siguieron a dos hombres desde la esquina de Avenida Corrientes y Reconquista, en pleno Microcentro, hasta el barrio de Núñez, luego de que aparentemente retiraran dinero de una financiera.
“En ese aspecto, fueron más de 16 kilómetros de persecución, lo que habla de un entramado criminal con infraestructura y con lo más peligroso del mundo: tiempo a favor para seguir a las víctimas y para atacarlas. Por fortuna, en el vehículo viajaba de acompañante un cabo primero retirado de la Policía Federal que cuando fue encañonado por uno de los motochorros, se defendió y abatió en el lugar a uno de ellos. El otro logró escapar”, señaló Miglino.
“Todo ocurrió en la tranquila zona de Cuba e Iberá, donde los vecinos que tomaban un café a pocos metros tuvieron que salir corriendo. Aparentemente, había dos motos más de apoyo, por lo que la Justicia Nacional de Instrucción está peritando las cámaras de seguridad”, añadió.
La causa quedó a cargo del juez Santiago Bignone, del Juzgado Nacional de Instrucción en lo Criminal N°39, quien imputó al policía retirado pero ordenó su libertad, al considerar que actuó en legítima defensa.
Las zonas más conflictivas
Según las denuncias recopiladas por las organizaciones, en la provincia de Buenos Aires los ataques se concentraron en Loma Hermosa, San Martín, Quilmes, Lomas de Zamora, San Isidro (especialmente en la villa La Cava) y Moreno.
En la Ciudad de Buenos Aires, las zonas más peligrosas para la policía fueron Flores y Bajo Flores (alrededores de la Villa 1-11-14), Barracas (cerca de la Villa 21-24), Mataderos, Nueva Pompeya y Retiro.
“Los delincuentes no solo atacan con armas de fuego, sino con lo que tengan a mano, lo que torna la situación más potencialmente letal”, indicó Miglino.
También se registraron numerosos hechos en Córdoba, Santa Fe (principalmente Rosario), Mendoza, Neuquén, Misiones y Chubut.
“Entre esas seis provincias, más Capital Federal y el Conurbano, se han producido más del 80 por ciento de todos los ataques a policías en todo el país”, sostuvo el abogado.
Policías caídos en cumplimiento del deber
Aunque no existen cifras oficiales a nivel nacional, el relevamiento de las ONGs indica que al menos 29 policías murieron en 2025 en cumplimiento del deber.
“Se trata de menos del 10 por ciento de los más de 300 que hubo en México o de los 219 en Brasil. Pero muchos más de los 11 uniformados que perdieron la vida en España, nueve en Francia u ocho en Italia”, afirmó Miglino.
Dónde denunciar
Finalmente, el abogado invitó a los ciudadanos a denunciar hechos de inseguridad de forma anónima:
“Si ven un hecho de inseguridad en cualquier parte del país y quiere denunciarlo con absoluta reserva de identidad, puede hacerlo en el correo de Defendamos la República Argentina: defendamosargentina@gmail.com”.
“Y si ocurre en la Ciudad o en la provincia de Buenos Aires el correo es: ongdefendamosbuenosaires@gmail.com. Haremos el reclamo judicial con absoluta reserva de identidad”, concluyó el abogado.