El conflicto sindical que arrancó ayer miércoles con un paro encubierto ya impacta de lleno en el transporte del conurbano sur. Desde las 9.30 de este jueves, el tren Roca circula a 30 km/h como parte de una medida de fuerza sorpresiva impulsada por La Fraternidad, el gremio que agrupa a los maquinistas. La estrategia, conocida como “trabajo a reglamento”, genera demoras y cancelaciones que afectan a miles de usuarios en el horario pico.
Durante las primeras horas del día el servicio entre La Plata y Constitución funcionaba con cierta normalidad, pero todo cambió a media mañana. La baja velocidad —la mitad de la habitual— desató el caos en andenes y estaciones, en una jornada marcada por la incertidumbre.
“Por medida gremial sorpresiva y encubierta del sindicato La Fraternidad, los trenes de las líneas Belgrano Sur y Roca funcionan a 30 km/h, con importantes demoras y cancelaciones”, confirmaron desde Trenes Argentinos. La postal se repite desde ayer, cuando más de un millón de pasajeros vieron alterado su viaje por una protesta que apunta directamente a la paritaria ferroviaria.
La conducción del gremio, encabezada por Omar Maturano, reclama una recomposición salarial que compense la escalada inflacionaria. La medida es por tiempo indeterminado, lo que anticipa otro día de tensión en el AMBA y deja en evidencia la fragilidad del sistema de transporte cuando los gremios deciden activar su músculo político.
Mientras tanto, el Gobierno nacional evita pronunciarse en público, aunque en el Ministerio de Transporte admiten preocupación por el impacto prolongado del conflicto. En ese silencio, los usuarios vuelven a ser la variable de ajuste.

Pasajeros, rehenes del tironeo gremial
El Gobierno solicitó ayer la conciliación obligatoria, luego de que Trenes Argentinos formalizara el pedido ante la Secretaría de Transporte. Según fuentes oficiales, no pudieron hacerlo antes porque el gremio no había blanqueado públicamente la protesta. “Con la declaración de un representante sindical esta mañana, pudimos avanzar para frenar la extorsión y garantizar condiciones normales de viaje”, afirmaron desde Transporte.
La Fraternidad niega que haya habido una medida de fuerza formal y alega que los trenes circularon con “precaución” por el mal estado de las vías. Sin embargo, el efecto fue devastador: hubo demoras de hasta una hora, cancelaciones masivas y usuarios varados en todas las líneas del AMBA.
El paro técnico impactó en el Roca, Mitre, Sarmiento, San Martín, Urquiza, Belgrano Sur y Norte. En Monte Grande, un pasajero esperó más de una hora y no logró subir a los colectivos por la cantidad de gente. En Adrogué, una usuaria contó que pedir un Uber a Avellaneda costaba $80.000.
A esto se sumó una nueva marcha de jubilados frente al Congreso que terminó, otra vez, con disturbios y represión. “No se puede ser tan animal”, se quejó una manifestante, tras ser asistida por una descompensación.