Paola Galeano, la influencer condenada por homicidio que se volvió viral en TikTok por sus videos desde la cárcel
Paola Galeano, detenida en la Unidad Penitenciaria N° 40 de Lomas de Zamora, se convirtió en un fenómeno en redes sociales pese a estar privada de su libertad. Condenada por homicidio en ocasión de robo, logró mantener contacto con cientos de miles de seguidores a través de videos, transmisiones en vivo y canjes desde su celda, hasta que las autoridades penitenciarias intervinieron.
Mientras cumple su condena, Galeano miraba la serie En El Barro en Netflix y compartía parte de su vida cotidiana en un espacio limitado, pero que supo transformar en escenario creativo. Según trascendió, su celular —cuyo uso solo está permitido en las cárceles bonaerenses para fines educativos o de comunicación con familiares— se convirtió en la principal herramienta para difundir contenido.
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En sus publicaciones aparecían bailes, coreografías con filtros y hashtags como #barrioprivado, que la hicieron popular tanto en TikTok, donde sumaba alrededor de 177 mil seguidores, como en Facebook, con otros 123 mil. En total, su comunidad superaba los 300 mil usuarios.
La condena y los antecedentes judiciales
En 2014, Galeano aceptó un juicio abreviado ante el Tribunal en lo Criminal Nº 5 de La Matanza. La Justicia la consideró partícipe necesaria del homicidio de Carlos Alberto Gauna, ocurrido en 2013 durante un intento de robo de su camioneta. Según la investigación, ella habría cumplido un rol determinante al señalar a la víctima.
La pena impuesta fue de trece años y cuatro meses de prisión, que incluyó el cómputo de una condena previa dictada tres años antes. En 2016, su defensora oficial presentó un recurso ante la Suprema Corte bonaerense, que finalmente fue rechazado.

Las redes como sustento económico
Dentro del penal, Galeano encontró en las plataformas digitales un modo de sostenerse económicamente sin depender de su familia. A través de publicidad, canjes y viralizaciones, construyó un perfil que generaba ingresos. “Con bailes, lives y canjes desde su celda, la influencer logra mantener contacto con más de 300.000 seguidores y comparte su día a día en un espacio limitado pero creativo”, señalaba uno de los registros de su actividad en línea.
Esa exposición, sin embargo, implicaba un riesgo permanente. El uso de teléfonos celulares con fines no autorizados infringe las normas del Servicio Penitenciario Bonaerense. Pese a los controles, en distintas cárceles de la provincia la circulación de dispositivos es una realidad difícil de erradicar, y las redes sociales —en especial TikTok— se transformaron en una ventana hacia el exterior.
A diario se viralizan videos grabados tras las rejas y transmisiones en vivo, que muestran cómo los internos buscan visibilidad y formas de expresión en un contexto de encierro. En el caso de Galeano, su rutina cambió tras una entrevista concedida a Infobae. Luego de la repercusión pública, el Servicio Penitenciario dispuso retirarle la posibilidad de seguir utilizando su celular.
Con un año restante de condena, su situación refleja un fenómeno creciente: el de las redes sociales como espacio de visibilidad y recurso económico dentro del sistema penitenciario, en tensión con los límites que imponen las normativas vigentes.