Con la publicación de la Resolución 2214/2025, el Ministerio de Salud de la Nación completó un cambio estructural en el sistema sanitario: desde ahora, todas las prescripciones médicas en Argentina deberán emitirse en formato electrónico, incluyendo medicamentos, estudios, procedimientos, prácticas y dispositivos de salud.
La medida, que amplía la digitalización iniciada en 2024 bajo la Ley 27.553, establece que solo podrán utilizarse plataformas registradas en el Registro Nacional de Plataformas Digitales de Salud (ReNaPDiS) para emitir las recetas. La versión en papel quedará limitada exclusivamente a zonas con escasa o nula conectividad.
Nuevas reglas, nuevos plazos
Los prestadores de salud y plataformas digitales deberán adecuarse a la normativa en un plazo máximo de 120 días, según el siguiente cronograma:
- 45 días para implementar la identificación unívoca de recetas mediante el CUIL del paciente y el CUIR (Clave Única de Identificación de Receta).
- 90 días para incorporar recetas archivadas al sistema digital.
- 120 días para recetas restringidas, como psicotrópicos o estupefacientes, que requieren duplicado o triplicado digital.
Las plataformas deberán garantizar la conservación de las prescripciones durante al menos tres años, asegurando la trazabilidad y confidencialidad de los datos.
Requisitos mínimos de la receta electrónica
Toda receta digital deberá incluir:
- Datos completos del médico (nombre, matrícula, especialidad, firma digital, etc.)
- Identificación del paciente (nombre, DNI, CUIL, obra social o prepaga, sexo y fecha de nacimiento)
- Diagnóstico y detalle del medicamento, estudio o dispositivo indicado
- Fecha de emisión, código de barras y CUIR
Excepciones y contingencias
La versión en papel seguirá permitida en localidades alejadas sin acceso digital. Además, si las plataformas o farmacias presentan fallas técnicas, el paciente podrá acceder a los medicamentos y regularizar la receta cuando el sistema vuelva a estar operativo.
Cada provincia podrá adaptar la normativa según su contexto, manteniendo la receta en papel como recurso ante situaciones excepcionales.