Emoción y reflexión en la casa de Gran Hermano con el «Quién es quién» que conectó a los participantes con su infancia
La tarde del jueves 5 de junio en la casa de Gran Hermano estuvo marcada por una actividad que despertó la sensibilidad de los jugadores y generó un fuerte momento emocional colectivo. En una propuesta llamada “Quién es quién”, los participantes fueron invitados a mirar hacia su pasado a través de una dinámica que combinó recuerdos, fotos de infancia y confesiones personales.
El SUM fue ambientado como una peluquería de época y, en la pantalla, comenzaron a aparecer imágenes de los jugadores cuando eran niños. Cada uno debía adivinar a quién correspondía la foto, y luego esa persona relataba el contexto de la imagen, sus recuerdos y sensaciones. El ejercicio generó lágrimas en casi todos los presentes, al tiempo que habilitó espacios de reflexión y vulnerabilidad.
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La primera en aparecer fue Luz Tito, quien se reconoció en una imagen de un acto escolar en el que estaba disfrazada de paisana. Conmovida, la jujeña habló sobre el vínculo con su madre y el cuidado de su niña interior. “Creo que perdura mi sonrisa al igual que con las cosas con las que ella se divertía o al verla a mi mamá. A donde voy siempre me dicen que ven mi niña interior”, expresó.

Juan Pablo De Vigili, conocido como Devi, también se emocionó con una foto escolar. Al recordar su infancia en Corrientes, afirmó: “Siempre fui terrible, inquieto e hiperactivo. De grande tuve problemas de conducta. Fueron épocas felices y el jardín se llama Patito Feo”. Visiblemente afectado, compartió que su padre fue estricto, aunque su infancia fue buena. “Recién ahora me estoy animando, soy muy emocional y ahora me acepto así. Vengo de una ciudad cerrada y tradicionalista, a veces no nos permitimos estas cosas y está bueno dar el mensaje de que está bien llorar y emocionarse”, agregó.

La santiagueña Eugenia Ruíz, en un acto sorpresivo, pidió que no la abrazaran para no sensibilizarse aún más al ver su imagen de pequeña. “Estoy muy agradecida con mi mamá y mi papá”, dijo, conmovida.

En tanto, Ulises Apóstolo también se mostró emocionado al ver una foto suya en Despeñaderos, Córdoba. “Ya era artista de chiquito, me disfrazaban y yo era feliz. Después cumplí con los mandatos, la universidad, el status quo, y ahora volví. Ese niño vive en mí”, reflexionó el politólogo.

Por su parte, Katia “La Tana” Fenocchio sorprendió al contar que la separación de sus padres marcó un cambio positivo en su niñez. “Yo quería que mis padres se separaran y a partir de allí fue la mejor parte de mi infancia”, comentó.

Santiago “Tato” Algorta, en tanto, valoró la energía y felicidad que percibió en su imagen de niño: “Era bastante fatal y me mandaba de las mías. Sigo con las mismas ganas de disfrutar de la vida, fui un niño muy feliz que solo quería divertirse y pasarla bien”.
La actividad culminó con una consigna que reforzó el tono introspectivo: cada jugador debía compartir qué consejo le daría a su yo del pasado, teniendo en cuenta en quiénes se han convertido en la actualidad. El ejercicio dejó en evidencia no solo la carga emotiva del pasado, sino también los caminos personales que cada uno ha transitado antes de llegar a la casa más famosa del país.