Conflictos por productos y tensiones crecientes con las «atadas» en la casa de Gran Hermano: “Se acabaron las encanutadas»
Durante la semana 24 de convivencia, nuevos roces entre los participantes de Gran Hermano volvieron a quedar expuestos en la señal de Pluto TV, cuando Juan Pablo De Vigili mantuvo un fuerte cruce con Sandra Priore a raíz del manejo de productos de limpieza y perfumería. El conflicto del las «atadas» por los productos escaló al punto de generar gritos, acusaciones y tensiones en el grupo.
Según se vio en las imágenes, el enfrentamiento se inició cuando Devi, se negó a acompañar a Sandra y otras compañeras al confesionario para pedir productos de perfumería y limpieza. “Se acabaron las encanutadas. Los productos son de todos”, afirmó con firmeza. Ante la reacción de Sandra, agregó: “¿Te queda el saco? Si te queda el saco, ponételo. ¿Te molesta que te diga que tenés una farmacia en tu cama?”.
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La acusación generó una reacción airada de Priore, quien respondió a los gritos. Devi insistió: “Yo nunca toqué nada ajeno en mi vida”, defendiendo su postura ante los cuestionamientos.
Más tarde, en el confesionario, Sandra mostró el contenido de su neceser, que incluía una gran cantidad de pastillas y brochas de maquillaje. Las participantes que estaban “atadas” a ella por una prueba semanal no dudaron en señalarla, sumando más fricción al ambiente dentro de la casa.
No es el primer episodio de este tipo protagonizado por Priore. Anteriormente fue señalada por quitarle cigarrillos a Luz Tito, otro incidente que no pasó desapercibido por los jugadores ni por la producción.
Una mal compra
La tensión se trasladó también a la compra semanal. Sandra, junto a Selva Pérez, Luz Tito, Katia Fenocchio y Eugenia Ruíz, tuvo a su cargo la selección de productos en el supermercado. Sin embargo, la salida resultó caótica: hubo desacuerdos, gritos e insultos entre las participantes durante la elección de alimentos y artículos de limpieza.
Ya de regreso en la casa, Lourdes Ciccarone criticó la compra y la calificó como una “compra de mier…” al considerar que se priorizaron “lujos” como galletitas en lugar de cubrir necesidades básicas. Sandra respondió que “les había sobrado plata”, lo que derivó en una discusión a los gritos en la cocina. Por su parte, Luz lamentó la falta de atún para su compañero Tato Algorta, y apuntó contra Eugenia Ruíz como responsable.

La tensión por la escasez también se reflejó en el kiosco de la casa, un espacio que durante cinco meses ha sido tanto motivo de alegría como de conflicto. Mientras algunos intentaban conseguir artículos de higiene y maquillaje, el foco volvió a centrarse en los cigarrillos. Las fumadoras propusieron que se votara el combo de cinco atados, lo que generó un empate. Ante esta situación, el conductor Santiago del Moro ofreció su cuenta de Instagram para resolver la votación mediante una encuesta pública.
Finalmente, la votación se definió cuando Selva ofreció su voto a Sandra, a cambio de una gaseosa que le había prometido Katia. Priore, en ese contexto, optó por apoyar la compra de cigarrillos, lo que permitió destrabar la discusión.
En una etapa avanzada del reality, las tensiones por la convivencia, la escasez y las estrategias de juego comienzan a hacerse cada vez más visibles, dejando en evidencia el desgaste emocional de los participantes.