Cayeron dos bandas por robo con inhibidores y dos hallazgos insólitos: claves de una modalidad de robo que no se detiene
En el delito cotidiano del conurbano bonaerense, dos operativos policiales pusieron al descubierto no solo a los sospechosos del robo de vehículos mediante el uso de inhibidores de señal en Ingeniero Budge, sino también detalles insólitos que podrían volverse claves en las investigaciones judiciales: la factura de un programador de llaves y el DNI fotocopiado de una víctima.
El primer hallazgo tuvo lugar en un taller mecánico de la localidad de Carlos Spegazzini, partido de Ezeiza. Allí, el cruce de datos y la tecnología aplicada al rastreo vehicular condujeron a un descubrimiento inesperado. Hallaron tres camionetas Toyota Hilux robadas en distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires. La secuencia comenzó cuando una Hilux SW4 sustraída en La Paternal logró rastrearse vía satélite por efectivos de la Policía de la Ciudad. La geolocalización indicó que el vehículo se trasladó hasta una vivienda de la calle Caracas al 300.
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Con la autorización de la UFI N°2 Descentralizada del Departamento Judicial de Ezeiza, la Policía Bonaerense realizó el allanamiento en tiempo récord. Al llegar al sitio, encontraron las tres camionetas con pedido de secuestro activo y un Fiat Argo blanco con patente adulterada, también robado en La Matanza. Entre los elementos secuestrados, apareció una factura que revelaba un detalle crucial: el detenido, un hombre de 34 años, había comprado un programador de llaves, herramienta fundamental para las bandas dedicadas al robo de vehículos modernos.
Lo que parecía un simple taller, escondía un verdadero arsenal del delito: escáneres, inhibidores de señal, tambores de encendido, chapas patente triplicadas y computadoras automotrices. En total, los efectivos incautaron más de veinte objetos presuntamente vinculados a una estructura criminal organizada. El detenido quedó imputado por robo agravado y encubrimiento reiterado y se prevé que declare ante la Justicia este viernes.
Segundo operativo
Casi en simultáneo, a 30 kilómetros de allí, un segundo operativo tuvo su propia cuota de asombro. En Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, agentes de la Comisaría 1° de Esteban Echeverría arrestaron a Horacio Alejandro Rodríguez, de 42 años, sospechado de integrar una banda dedicada al robo de pertenencias en vehículos. El caso se había iniciado semanas atrás, cuando una mujer denunció que le habían vaciado su camioneta Jeep Renegade mientras estaba estacionada en la calle Garzón al 100.
La modalidad la conocemos: inhibidores de cierre centralizado que impiden que el vehículo se trabe al alejarse su conductor. Lo inusual apareció durante el allanamiento. Además del arma y el handy utilizado como inhibidor, los agentes hallaron una fotocopia del DNI de la víctima. La sospecha de los investigadores es clara: podrían haber planeado un nuevo golpe, esta vez más allá del robo callejero, accediendo a la vivienda de la mujer.

Ambos procedimientos, conectados por la tecnología delictiva y la persistencia de bandas especializadas, revelan el rostro cambiante del crimen urbano. En el trasfondo, el accionar articulado de distintas fuerzas de seguridad y el entrecruzamiento de causas judiciales —desde Ezeiza hasta Lomas de Zamora— delinean un escenario donde cada hallazgo, por menor que parezca, puede abrir la puerta a una trama más amplia.
Fuente: Infobae