Los hogares pagarán más por la luz que las industrias en verano: así será el nuevo esquema estacional de tarifas eléctricas
El Gobierno aplicará un sistema de precios de la energía que variará según la estación del año. La medida busca reflejar los costos reales de generación, reducir subsidios y avanzar hacia un mercado más competitivo.
La Secretaría de Energía implementó un cambio estructural en la forma en que se calculan y cobran las tarifas de electricidad. A través de la Resolución 400/25, se introdujo un modelo estacional que busca reflejar los costos reales de generación eléctrica y dar un paso hacia la desregulación progresiva del mercado.
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Este nuevo esquema implicará que los hogares paguen más por la luz durante el verano que las industrias y comercios, aunque la situación se invertirá en invierno. El objetivo es que el precio promedio anual sea similar para ambos sectores, pero con diferencias según la época del año.
Verano: hogares con tarifas más altas
En los meses de calor, los usuarios residenciales pagarán más por la energía eléctrica. Esto se debe a que la electricidad que llega a los hogares proviene, en su mayoría, de contratos con generadores de precios fijos, como los de energía renovable y nuclear. Estos contratos tienen precios estables a lo largo del año y no dependen del costo del gas natural.
Por el contrario, las industrias y comercios compran energía proveniente de centrales térmicas que utilizan gas o combustibles líquidos. Como el gas es más barato en verano —por la menor demanda de calefacción—, los costos de generación bajan para el sector productivo durante esa temporada.
Invierno: se invierte el esquema
En los meses fríos, el escenario se revierte. El gas natural se encarece por el aumento de la demanda residencial y, en consecuencia, la generación térmica sube de precio. De esta manera, las industrias y comercios pagarán más por la energía en invierno, mientras que los hogares mantendrán tarifas más estables.
Según la Resolución 434/25, que regula el período comprendido entre el 1° de noviembre de 2025 y el 30 de abril de 2026, los usuarios residenciales abonarán entre $63.443 y $66.374 por MWh, mientras que los grandes usuarios pagarán entre $47.940 y $49.496 por MWh.
Menos subsidios y un mercado más competitivo
El cambio forma parte del proceso de reordenamiento del mercado eléctrico impulsado por el Gobierno. La meta es reducir los subsidios estatales, promover contratos directos entre generadores y consumidores y avanzar hacia un modelo competitivo y descentralizado, similar al que funcionó en los años 90.
Durante aquella década, los grandes consumidores podían firmar contratos de abastecimiento directamente con las empresas generadoras, sin la intermediación del Estado. Sin embargo, a mediados de los 2000, con el congelamiento tarifario, el sistema se centralizó en Cammesa, la compañía estatal que compra y distribuye toda la energía a precios subsidiados.
Con el nuevo esquema, los hogares seguirán abastecidos a precios regulados, mientras que los grandes usuarios deberán gestionar sus propios contratos.
Qué impacto tendrá en las facturas de luz
De acuerdo con la secretaria de Energía, el nuevo modelo busca proteger a los hogares de los vaivenes del mercado energético. En invierno, cuando el costo de generación se dispara, las familias no verán saltos abruptos en sus tarifas, aunque los sectores productivos sí podrían tener ajustes más marcados.
El impacto comenzará a notarse con fuerza a partir de diciembre de 2025. En noviembre, las facturas ya registraron un aumento promedio del 3,8%, por encima del 2% mensual previo a las elecciones.
A pesar de los incrementos acumulados durante la gestión de Javier Milei, la demanda total cubre solo el 68% del costo real de generación, según estimaciones de la consultora Economía y Energía (EyE). El resto continúa siendo financiado con subsidios del Tesoro Nacional.
Quiénes pagan más y quiénes menos
El grado de cobertura del costo varía según el nivel de ingresos:
- Usuarios de altos ingresos (Nivel 1): pagan alrededor del 85% del costo real.
- Ingresos medios (Nivel 3): cubren el 57%.
- Ingresos bajos (Nivel 2): apenas el 38%.
Las mayores subas de este año se concentraron en los Niveles 2 y 3, ya que el Gobierno redujo progresivamente los subsidios para esos grupos. En cambio, los hogares de mayores ingresos vieron una caída en términos reales de sus tarifas debido a la apreciación del tipo de cambio.