Este miércoles 24 de septiembre arrancó con complicaciones serias para quienes dependen del tren para moverse por el Área Metropolitana. Una medida de fuerza impulsada por el gremio La Fraternidad ralentizó la circulación a 30 km/h, lo que provocó demoras generalizadas en todas las líneas y una ola de cancelaciones.
Aunque no se informó oficialmente cuánto durará la protesta, fuentes sindicales estiman que la situación se mantendrá durante toda la jornada. Los pasajeros deben prepararse para largos tiempos de espera y traslados colapsados.
“La falta de una propuesta superadora en paritarias”, “el deficiente servicio de ART” y los “itinerarios desastrosos” fueron algunos de los motivos que justificó el sindicato que lidera Omar Maturano. En un comunicado, apuntaron también a “acuerdos inconsultos” que afectan los ingresos en varias líneas.
La Fraternidad ha sido, en rigor, el único gremio ferroviario que llevó adelante medidas de fuerza en defensa del salario. El sector ferroviario, de hecho, encabeza el top 3 de los más golpeados por el ajuste durante la gestión de Javier Milei. En contraposición, la Unión Ferroviaria —el otro sindicato de peso— perdió protagonismo: sin capacidad de paralización y con una conducción debilitada, no logró en dos años firmar una paritaria que compense la inflación. Apenas comunicaron aumentos menores, sin impacto real para sus afiliados. El clima interno, como era previsible, se resiente cada vez más.
La escena ya se repitió en varias ocasiones a lo largo de 2024, lo que refuerza la tensión entre el Gobierno y el sindicato de maquinistas. Por ahora, no hay señales de que se abra una mesa de diálogo para desactivar el conflicto.
Mientras tanto, los andenes se llenan, los usuarios se desesperan y el malhumor crece. Viajar en tren este miércoles será, una vez más, una prueba de paciencia.