Se cumplen 49 años de la Noche de los Lápices: Hoy recordamos un capítulo oscuro en la historia argentina
Hoy, a 49 años, recordamos un episodio oscuro en la historia argentina, conocido como «La Noche de los Lápices». Este hecho, que tuvo lugar hace más de cuatro décadas, dejó una profunda cicatriz en la memoria colectiva de Argentina y sigue siendo un recordatorio de la importancia de la defensa de los derechos humanos y la educación en cualquier sociedad.
El contexto de «La Noche de los Lápices» se sitúa en la década de 1970, un período de agitación política y social en Argentina. Durante ese tiempo, el país estaba bajo un régimen militar conocido como la «dictadura cívico-militar», que se caracterizó por la represión de cualquier forma de disidencia política y la violación sistemática de los derechos humanos.
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El evento en cuestión involucró a un grupo de estudiantes secundarios que se habían organizado para protestar contra las políticas educativas del gobierno militar. Estos jóvenes, conocidos como «Los Pibes de la Noche de los Lápices», buscaban la gratuidad del boleto estudiantil y la implementación de un comedor estudiantil gratuito. Eran estudiantes comprometidos con la mejora de su educación y estaban dispuestos a luchar por ello.
La Noche Fatídica:
La noche del 16 de septiembre de 1976, un grupo de fuerzas de seguridad irrumpió en las viviendas de varios de estos jóvenes activistas. Fueron secuestrados brutalmente, torturados y detenidos en centros clandestinos de detención. Algunos de ellos nunca regresaron, y sus familias pasaron años buscándolos en vano. Este hecho atroz puso de manifiesto la brutalidad del régimen y su disposición a reprimir incluso las demandas más básicas de los jóvenes estudiantes.

La Brigada de Investigaciones de Banfield (Pozo de Banfield), el Pozo de Quilmes, la Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires… estos nombres se convirtieron en sinónimos de tormento y desesperanza.
Estaban Claudio de Acha, de 17 años; María Clara Ciocchini, de 18; María Claudia Falcone, de 16; Francisco López Muntaner, de 16; Daniel A. Racero, de 18; y Horacio Ungaro, de 17. Todos ellos, junto a Gustavo Calotti, de 18 años, Pablo Díaz, de 18, Patricia Miranda, de 17 y Emilce Moler, de 17,cuatro compañeros que sobrevivieron, fueron sometidos a un calvario de torturas y traslados por distintos centros clandestinos de detención.
«La Noche de los Lápices» dejó un legado imborrable en la memoria argentina. Estos jóvenes estudiantes se convirtieron en símbolos de la lucha por los derechos humanos y la educación en el país. Finalmente, con la restauración de la democracia en 1983, se pudo comenzar a esclarecer lo sucedido durante la dictadura militar y se avanzó en el proceso de justicia.