¿Cuándo llegará la Tormenta de Santa Rosa en 2025? Entre mitos y realidad, qué dice el Servicio Meteorológico Nacional
Con el cierre de agosto, en Argentina se vuelve a poner en el centro de las conversaciones un fenómeno que año tras año genera expectativa: la llamada tormenta de Santa Rosa. Según indican los pronósticos, este 2025 el clásico temporal llegará acompañado de un fenómeno de ciclogénesis, que podría intensificar su impacto.
“El fin del mes no pasará desapercibido y el clásico temporal dejará huella”, señalaron desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), basándose en modelos internacionales y estimaciones locales. Los informes indican acumulados de entre 40 y 70 milímetros de agua en pocas horas, con actividad eléctrica y ráfagas de viento que podrían afectar varias provincias del centro y noreste del país, entre ellas Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa.
Lee también:
- Caravana de Milei en Lomas de Zamora
- Claudia Villafañe sufrió un accidente frente al estadio de River

El fenómeno combina tradición y ciencia: mientras algunas personas consideran la tormenta un mito con raíces religiosas, otras la interpretan como una coincidencia climática recurrente. Según los registros históricos, en el 57% de los años entre 1906 y 2023 se produjeron tormentas significativas alrededor del 30 de agosto, lo que refuerza la expectativa de quienes siguen de cerca la estadística.
Tras jornadas de pleno ambiente primaveral, con temperaturas en ascenso y cielos despejados, se espera un brusco cambio del clima. “La posibilidad de una ciclogénesis, es decir, la formación de un centro de baja presión que intensifica lluvias y tormentas, convierte a este año en un caso especial”, explicaron los meteorólogos.
¿Quién es santa rosa?
Isabel Flores de Oliva, conocida hoy como Santa Rosa de Lima. Su vida, marcada por la devoción y el compromiso con los más vulnerables, dio origen a una de las leyendas más persistentes de América Latina.
Lee también:
- Ariel Staltari reveló detalles de El Eternauta
- Piedras en el camino: el temor que se esconde entre los puentes del Conurbano

Isabel nació el 20 de abril de 1586 en Lima, entonces capital del Virreinato del Perú. Desde su adolescencia mostró una vocación religiosa profunda. Enfrentó la oposición de su padre, quien esperaba que se casara, pero eligió consagrarse como laica en la Tercera Orden de Santo Domingo. Durante su vida, asistió a enfermos, indígenas y afrodescendientes, viviendo en austeridad, practicando ayunos y penitencias frecuentes, en línea con las costumbres religiosas de la época.
Su entrega espiritual y su vida de sacrificio comenzaron a despertar admiración entre sus contemporáneos, pero fue un hecho puntual, ocurrido en 1615, el que cimentó su leyenda.
El origen del mito de la tormenta
Ese año, una flota de corsarios neerlandeses se aproximaba a Lima por el puerto del Callao. Ante el temor de una invasión, Isabel reunió a un grupo de mujeres en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario para orar por la protección de la ciudad. La tradición cuenta que, tras sus plegarias, se desató una intensa tormenta que obligó a los piratas a retirarse.

El episodio fue interpretado por los fieles como un milagro, sobre todo porque en esa época del año las lluvias eran inusuales en la región, conocida por su clima árido. El fenómeno climático, reforzado por el microclima del Callao, contribuyó a que el relato ganara fuerza con los años y se asocie hasta hoy con la figura de Santa Rosa.
La atribución del milagro de la tormenta fue una de las razones que impulsaron el proceso de beatificación de Isabel Flores de Oliva en 1668. Apenas tres años después, en 1671, fue canonizada por el Papa Clemente X, convirtiéndose en la primera santa de América. Desde entonces, su figura fue venerada en todo el continente.
A Santa Rosa se le adjudican múltiples prodigios, como el relato según el cual hizo llover rosas sobre el escritorio del Papa cuando este pidió una señal de su santidad.
Qué dicen los registros meteorológicos
Con el objetivo de evaluar si existe alguna base climática para esta creencia, el SMN analizó datos del Observatorio Central Buenos Aires entre 1906 y 2023. El estudio mostró que en el 57% de esos años hubo lluvias entre fines de agosto y principios de septiembre, aunque no necesariamente fueron eventos intensos o excepcionales.
Lee también:

“El cambio en las condiciones atmosféricas se debe principalmente a la transición estacional. A medida que se aproxima la primavera, aumenta la humedad, se registran temperaturas más elevadas y el ambiente se vuelve más propenso a las tormentas”, explican desde el organismo.