Proyecto Lucy acompaña con amor, contención y belleza a mujeres que transitan el cáncer de mama, ayudándolas a florecer en cada etapa del proceso.
A veces, los proyectos más profundos nacen de los duelos más difíciles. Así surgió Proyecto Lucy, una iniciativa solidaria que acompaña a personas con cáncer, principalmente a mujeres con cáncer de mama, a través del amor, el compromiso profesional y la ayuda terapéutica.
Este espacio combina diversas herramientas para promover la autoestima, la resiliencia y la calidad de vida durante el tratamiento: una atención integral que no sólo recorre lo estético, sino también lo emocional y lo social, que, como menciona Mónica, su fundadora, “muchas veces queda desatendido”.
El origen del proyecto está marcado por una historia profundamente personal. Lucy, hermana del alma de Mónica, recibió un diagnóstico de cáncer de mama que cambió sus vidas para siempre. Desde ese momento, comenzó un camino compartido que estuvo plagado de tratamientos y cambios físicos pero también de esperanza y amor.
Dos lemas, una misma misión
Proyecto Lucy se sostiene sobre dos lemas profundamente significativos, que guían todo su accionar de principio a fin.
El primero, “En cada etapa”, refleja el compromiso de estar presentes de forma constante y empática, atravesando todos los grandes estadios y desafíos del proceso oncológico en compañía.
Desde la estética, desde el acompañamiento terapéutico y, sobre todo, desde el amor incondicional de la amistad, estuvimos juntas paso a paso. Por eso En cada etapa es uno de nuestros lemas, porque así fue nuestro recorrido con Lucy
El segundo, “Volverás a florecer”, es una promesa de esperanza y resiliencia: incluso en medio del dolor, es posible renacer, recuperar la autoestima y reconstruirse desde y con amor.
Porque pude verla renacer, recuperarse de a poco, y aunque finalmente se adelantó en el camino por complicaciones de salud, dejó en mí una semilla que hoy florece para muchas más

Acompañar desde todos los frentes
Proyecto Lucy es una OSC (Organización de la Sociedad Civil) que ofrece asesoramiento, contención, orientación y apoyo gratuito; y si bien hoy está principalmente dirigida hacia mujeres, no se descarta la posibilidad de recibir a hombres que necesiten acompañamiento.
Mónica es Acompañante Terapéutica Oncológica especializada en cuidados paliativos y psicooncología, pero además es periodista médica e instructora de Arteterapia. Combinando saberes y experiencias, fue formándose cada vez más para sostener y acompañar a quienes atraviesan una enfermedad que no solo afecta al cuerpo, sino también a la identidad y a la salud emocional.
El cáncer se llevó también a dos personas de mi familia y a tres grandes amigos de mi vida. Cada uno dejó una huella imborrable. Pero el detonante fue el fallecimiento de mi hermana Lucy. Cuando esto sucede, decidí que no podía simplemente olvidar todo lo que aprendí
Colaboran, también, con Proyecto Lucy, un abogado para el asesoramiento legal, una nutricionista y otra Arteterapeuta para hacer aún más humano y profesional el acompañamiento.
No te sueltes la melena, cortatela
Uno de los ejes más visibles del proyecto son las campañas de recolección de cabello para la creación de pelucas oncológicas solidarias. Muchas personas colaboran con donaciones de su cabello, mientras que otras se acercan con la esperanza de encontrar allí un gesto de abrazo en medio de tanto dolor.

Sueñan con un nuevo espacio donde florezca el encuentro y la contención
Aunque durante un tiempo Proyecto Lucy tuvo un espacio físico en Avellaneda, donde se realizaban los encuentros y asesorías para el tratamiento y acompañamiento integral, la fuerte crisis económica que nos atraviesa como país la obligó a cerrar el local.
Hoy aún conserva los folletos e insumos, pero principalmente las ganas de ser puente y llegar a más personas que lo necesiten.

Durante la pandemia, las videollamadas fueron un canal clave para sostener el acompañamiento. Sin embargo, Mónica reconoce que, aunque lo virtual funciona, nada reemplaza la contención cercana, el abrazo y la escucha presencial. Por eso, sigue soñando con recuperar ese lugar donde florezca nuevamente la ayuda cara a cara.
Hoy, no se queda de brazos cruzados y continúa su labor realizando charlas y talleres sobre la importancia del acompañamiento emocional y físico en el proceso oncológico.
