Katia “La Tana” Fenocchio se sinceró tras su salida de Gran Hermano: “La casa te come, hay que decir la realidad”
A pocos días de abandonar la casa de Gran Hermano, Katia “La Tana” Fenocchio participó de La Noche de los Ex y brindó un repaso sincero sobre su experiencia en el reality. En diálogo con Robertito Funes y los panelistas del ciclo, la exjugadora reflexionó sobre su paso por el programa y reconoció los momentos difíciles que atravesó durante su estadía.
“Estaba peleado, pero sí”, respondió Katia cuando le consultaron si presentía que iba a ser eliminada. En ese sentido, aseguró que aunque muchas veces se la veía acostada o sin demasiada actividad, eso no significaba que no aportara al juego: “Estaba echada todo el día pero generaba contenido”.
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Estrategia o personalidad
Ante la pregunta sobre si esa actitud respondía a una estrategia o a su forma de ser, Fenocchio fue clara: “Un poco y un poco, porque adentro todo se potencia”.
Durante el intercambio con los panelistas, surgió la percepción de que la exjugadora no la había pasado bien en varios tramos del programa. Ella lo confirmó: “Un poco de todo… Después empecé a plantarme desde otro lado. Pero me costó, entré sola con una casa armada”, reconoció, haciendo referencia a su ingreso en una etapa avanzada del juego, con vínculos ya establecidos entre los participantes.
También se refirió a su recordado ingreso en moto, y cómo fue su adaptación a la dinámica de la casa. “La casa te come, hay que decir la realidad. Después fui soltándome. Empecé a soltar cosas mías que me pasaban por dentro”, expresó. Además, contó que, a pesar de los conflictos, entendía que su presencia generaba reacciones entre sus compañeros: “Yo sabía que, mal o bien, a ellos los desestabilizaba con mis caras, con mis quejas, con no querer hacer las cosas. Yo en la vida real me quejo, pero no tan potenciado como ahí adentro”.
Con un tono reflexivo, Katia dejó entrever que su paso por el reality estuvo marcado por una tensión entre su personalidad y el juego, pero también por la capacidad de adaptarse y hacerse notar en una casa que, según sus palabras, ya tenía estructuras firmes cuando ella llegó.