Paro docente a un año de la Marcha Federal Universitaria: reclamo por mejoras salariales y financiamiento al sistema universitario
A un año de la multitudinaria Marcha Federal Universitaria que recorrió el país en defensa de la educación pública, la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) convocó para este miércoles 23 de abril un paro docente de 24 horas en reclamo de mejoras salariales y mayor financiamiento para el sistema universitario.
La medida de fuerza coincide con el aniversario de la manifestación que el 23 de abril de 2024 reunió a miles de docentes, estudiantes, egresados y familias frente al ajuste presupuestario en las universidades públicas. Desde entonces, según advierten desde el sector, se profundizó el deterioro de los salarios docentes, se paralizaron obras de infraestructura, se redujeron becas y se agravó el desfinanciamiento del sistema científico.
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Además del paro, los docentes universitarios participarán esta tarde de la tradicional movilización de jubilados que se realiza cada miércoles frente al Congreso de la Nación. Desde CONADU no descartan nuevas acciones de protesta, entre ellas, una eventual convocatoria a una nueva marcha federal para la segunda quincena de mayo.
Una defensa colectiva de la universidad pública
La Marcha Federal Universitaria del 23 de abril de 2024 marcó un hito en la historia reciente de la educación superior en la Argentina. Fue una respuesta masiva, transversal y organizada frente a lo que desde el sector académico definieron como «un ataque brutal» contra el sistema universitario. Según denuncian gremios y autoridades, el Gobierno Nacional ejecutó un ajuste deliberado que incluyó el congelamiento de los fondos destinados a gastos de funcionamiento —con los que las universidades pagan desde servicios básicos hasta insumos esenciales—, en un contexto en el que el Congreso no había aprobado un presupuesto.
A la falta de financiamiento se sumó la ausencia de aumentos salariales para los trabajadores docentes y no docentes, la suspensión de obras de infraestructura, el congelamiento de becas estudiantiles y un fuerte retroceso en el sistema científico y tecnológico nacional. En ese escenario, la movilización del 2024 significó un punto de inflexión.

Impulsada por una amplia participación social, la marcha forzó al Gobierno a reabrir el diálogo y a actualizar las partidas presupuestarias en un 270%. Aunque el monto estuvo por debajo de la inflación acumulada y no logró revertir por completo el deterioro, permitió mantener en funcionamiento a las casas de estudio.
Desde el sistema universitario subrayan que fue la sociedad argentina, sin distinción de partidos políticos ni intereses sectoriales, quien sostuvo la defensa de la educación pública. “La Universidad Nacional fue salvada porque la sociedad la apoyó”, señalan, y reivindican la universidad como una herramienta fundamental de movilidad social ascendente y desarrollo colectivo. Un año después, la consigna sigue vigente: sin universidad pública, no hay futuro posible.