Los cuatro casos confirmados no estaban vacunados
El reciente brote de sarampión en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires encendió las alarmas en la provincia de Buenos Aires. El Gobierno Bonaerense manifestó su preocupación e instó a vacunar a niños y niñas para frenar la propagación de la enfermedad, especialmente antes del inicio de las clases.
El ministro de Salud provincial, Nicolás Kreplak, advirtió sobre las consecuencias de los recortes en el sistema sanitario. “El ajuste en el sistema de salud tiene consecuencias”, afirmó, señalando que los despidos y el cierre de programas de control permitieron el resurgimiento de enfermedades erradicadas como el sarampión. Además, remarcó que este brote refleja la vulnerabilidad del sistema ante la falta de medidas preventivas adecuadas.

El riesgo del sarampión y la importancia de vacunar a niños
Los cuatro casos confirmados en CABA corresponden a niños que no estaban vacunados. Esto genera gran preocupación, especialmente con el inicio de las clases, donde el riesgo de contagio aumenta. Las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de vacunar a niños para evitar que el brote se expanda a otras regiones y se convierta en un problema mayor.
Kreplak remarcó la importancia de que los niños de 12 meses reciban la primera dosis de la vacuna triple viral y que a los 5 años cuenten con ambas dosis. Gracias al sólido calendario de vacunación argentino, el sarampión había sido erradicado en el año 2000. Sin embargo, la falta de inmunización en estos casos recientes pone en riesgo ese logro y amenaza con la reaparición de la enfermedad en más zonas del país.
Las autoridades instan a las familias a completar los esquemas de vacunación para proteger a los más pequeños y evitar la propagación de la enfermedad. Vacunar a niños no solo protege a quienes reciben la dosis, sino que también contribuye a la inmunidad colectiva, reduciendo así el riesgo de brotes masivos.
Vacunar a niños: clave para frenar el brote de sarampión
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa y potencialmente letal. Afecta gravemente a niños menores de 5 años y a personas inmunodeprimidas. Según el Ministerio de Salud de la Nación, la única forma de prevenirla es mediante la vacunación.
Los síntomas incluyen fiebre alta, manchas rojas en la piel, secreción nasal, conjuntivitis y tos. En casos graves, puede causar neumonía, convulsiones, meningoencefalitis y ceguera. Sin vacunación, el sarampión tiene una tasa de mortalidad de 1 a 2 por cada 1.000 infectados.
Reforzar la vacunación es fundamental para proteger a la población infantil y evitar que la enfermedad vuelva a expandirse en el país. Ante el riesgo actual, vacunar a niños se convierte en la principal herramienta para detener el avance del brote y asegurar la salud pública. Las familias deben estar atentas a los calendarios de vacunación y acudir a los centros de salud para aplicar las dosis correspondientes.