Una mujer de Temperley denuncia 6 años de violencia de género y teme por su vida: su hijo sufrió una parálisis debido a estas situaciones
Belén Güignant, una vecina de Temperley, Lomas de Zamora, atraviesa un calvario junto a su hijo Thiago desde hace seis años. Su ex pareja, Juan Sebastián Rosas, viola reiteradamente la restricción perimetral y los agrede física y psicológicamente. La situación de violencia de género es desesperante: «Necesito ayuda porque en cualquier momento no la voy a contar más», declaró Belén a Lomas Conectado.
La historia de violencia comenzó cuando el hijo de la pareja tenía apenas un año. «Los maltratos primero eran verbales y después se tornaron físicos. Me hacía sentir culpable de sus propios errores», relató la mujer. Uno de los episodios más traumáticos ocurrió en 2015, cuando Belén descubrió una infidelidad de parte de Rosas: “En vez de darme explicaciones, me levantaba la mano. Me separé, pero me sigue hostigando y torturando”.
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Según el testimonio de Belén, tras la separación, su ex pareja intentó condicionar las visitas a su hijo imponiendo una relación con ella. «Me obligaba a tener algo con él, porque si no no venía, lo dejaba plantado a mi hijo», explicó. La situación escaló hasta el punto en que Rosas secuestró a Thiago del jardín durante dos meses: “Estuve sin verlo ni escucharlo por teléfono. Sentía que me lo habían matado”. Finalmente, la justicia ordenó su restitución en un plazo de 48 horas.
Violencia extrema
A pesar de las denuncias presentadas en la Comisaría de la Mujer de Temperley y de las intervenciones del Juzgado Nº 3 de Familia y la Defensoría Nº 20, la violencia no cesó. “Me golpeó la cabeza contra la pared delante de la policía y no se lo llevaron preso. Estoy cansada de vivir esta tortura”, manifestó Belén. Además, relató cómo, en otro episodio, Rosas le arrancó mechones de cabello y la amenazó con descuartizarla.
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Ella también relató un hecho mucho más extremo: «Él me había arrancado pedazos de cuero cabelludo, me desmayo en el piso y me decía que me iba a descuartizar y que no me iba a encontrar más nadie». Asimismo, asegura que solicitó en botón anti pánico y ayuda urgente pero «no nos dieron bola», y así… en plural.
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El impacto de esta situación también recae sobre Thiago, quien sufrió una parálisis facial y desarrolla conductas autolesivas que ponen en riesgo su vida. “Mi hijo necesita tratamiento psicológico urgente”, afirmó la mujer. Aunque Belén renueva la restricción perimetral cada cuatro meses, Rosas encuentra la forma de seguir extorsionándola y accediendo a ellos.
Estoy cansada de vivir esta tortura y que no se acabe más hasta hoy en día, sigo sufriendo las amenazas o estiramientos de este hombre»
Belén reclama una respuesta urgente de la justicia y de las autoridades policiales para frenar el hostigamiento y garantizar la seguridad de ella y su hijo. «Estoy cansada de pedir ayuda y que no me escuchen», concluyó.