Las almas de los no nacidos y el Día de los Muertos: una tradición que une culturas y creencias
Este 31 de octubre se conmemora el Día de los Muertos de los no nacidos o de los niños que fallecieron sin haber sido bautizados, una fecha menos conocida en el calendario de celebraciones de la muerte, que precede a las tradicionales festividades del 1 y 2 de noviembre. Estas jornadas, reconocidas en el calendario católico, están dedicadas a la memoria de todos los santos y de los difuntos, respectivamente, en una costumbre que amalgama lo religioso con lo ancestral en distintos puntos de América Latina.
Desde el 28 de octubre, se cree que las almas de los difuntos regresan al plano terrenal. Este día en particular está destinado a las almas de quienes murieron en formas tragica o en situacions de violencia. Las almas en pena o aquellas que no tienen familiares que les reciban, se reciben el 30 de octubre, un día en el que se honra a aquellos fallecidos olvidados. Finalmente, el 31 de octubre se dedica a los niños no bautizados, cuyas almas, según la creencia popular, necesitan una guía especial para descansar en paz.
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El Día de los Muertos en Argentina
En la provincia de Jujuy, esta celebración adopta un matiz especial conocido como el “Día de las Almas”. Allí, los pueblos indígenas combinan creencias católicas y ancestrales en una conmemoración que tiene lugar el 1 y 2 de noviembre. Durante estos días, los familiares esperan la visita de las almas de sus seres queridos, a quienes reciben con ofrendas y mesas decoradas, conocidas como “mesadas”, que incluyen alimentos, panes en forma de figuras simbólicas, chakanas y wiphalas. La ceremonia se extiende a los cementerios, donde los familiares rezan, cantan o simplemente comparten la vigilia en señal de respeto y comunión con las almas.
Aunque la celebración tiene profundas raíces indígenas, ha evolucionado con los años para incluir nuevas tradiciones. En algunas regiones, ha surgido un interés por honrar también a las mascotas que formaron parte de las familias. Desde el 27 de octubre, en varias comunidades se realiza un pequeño altar para recordarlas, demostrando el lugar que ocupan en la memoria familiar y el deseo de extender esta costumbre a quienes alguna vez dieron alegría y compañía.
Mientras que en México el Día de los Muertos se divide entre el 1 de noviembre para los “muertos chiquitos” (los niños) y el 2 para los adultos, en Jujuy, la festividad resalta un enfoque sincrético, en el que el respeto a las almas no distingue edades ni condiciones. En ambos casos, la celebración es una oportunidad para que las familias recuerden y rindan homenaje a sus seres queridos, creando un vínculo que desafía las fronteras de la vida y la muerte.