Afirma que «no tuvo nada que ver y que le quisieron armar una causa»
Una vez más, han vuelto los rumores sobre la dudosa efectividad de Patricia Bullrich en su papel de Ministra de Seguridad de la Nación cuando resuelve los crímenes de un día para el otro. En varias ocasiones ya se ha dicho que es todo parte de un circo mediático que luego simplemente, se diluye. El país se consternó con el asesinato de Uma, la hija de uno de sus custodios. Tenía tan solo nueve años. Inmediatamente, las autoridades policiales arrestaron a varias personas. A uno de ellos, ya lo liberaron por falta de pruebas. «Solo soy un perejil. Como se dice en el barrio, me quisieron empapelar» expresó.
Patricio Valentín García. Ese es el nombre del joven que fue puesto en libertad nuevamente. Tiene tan solo 22 años. Sin pelos en la lengua, al salir al mundo otra vez, habló con todos los medios de comunicación como insistiendo en que se «conozca la verdad». Él dijo: «Todo esto fue armado por la Comisaría de Parque Barón. Salieron a agarrar al primer pibe que se les cruzara. Me envolvieron en una maraña de mentiras».
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«Soy un perejil me arrestaron porque dicen que me parecía al asesino»
Lo cierto es que García, nada tenía que ver con el terrible y aberrante homicidio que puso en duelo no solo a todo Lomas sino al país. Pablo Rossi, el fiscal de la UFI N°18 de Lomas fue el que solicitó su libertad. «La evidencia que inculpaba a García ha sido luego descartada, y no surgen a la fecha elementos de prueba que indiquen que haya tenido alguna participación” expresó.
Tras esto, el Juez de Garantías Sebastián Monelos, optó por concederle la libertad. García fue confundido con Romero Molinas, el joven de 17 años que sí fue participe del atroz asesinato. Al momento de la detención de Molinas, los agentes de la ley le encontraron el celular, la campera y el rosario que también tenía puestos en el momento del crimen.
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El joven García, también declaró ante los medios que cuando sucedió el momento de su aprehensión, él, confiando en la justicia, «fue sin miedo a nada». Jamás se imaginó que lo quisieran involucrar verdaderamente en el proceso legal tratando de echarle la culpabilidad del hecho. «Nunca me interrogaron. Me apretaron. Estaba todo armado» concluyó diciendo.