La transportaba desde Misiones
Javier Alejandro Montenegro de 48 años, desde su profesión de taxista se relacionó con el narcotráfico: fue así como intento meter 93 kilos de droga a Villa Fiorito. El objetivo, sin embargo, estuvo lejos de cumplirse.
Lo detuvieron en la Ruta Nacional 14, a la altura de Bella Vista, en Entre Ríos. Este hecho sucedió en el 2016. La novedad judicial del asunto, son las declaraciones que tuvieron lugar en el juicio abreviado, que fue aprobado por la jueza a cargo Noemí Berros del Tribunal Oral Federal de Paraná.
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Juicio abreviado
Tras el pedido de Montenegro, la jueza dio el visto bueno al proceso del juicio abreviado. Allí, el taxista expresó: «Cometí un error» reconociendo toda culpabilidad sobre el hecho. Berros, concluyó: «no cabe hesitar en que el cuadro probatorio reunido es tan sencillo como contundente y acredita holgadamente tanto la materialidad ilícita de los hechos enjuiciados, como la participación típica (autoría) que en ellos le cupo al imputado Javier Alejandro Montenegro«
De esta manera, el taxista que intentó meter los 93 kilos de marihuana a Villa Fiorito fue condenado a cuatro años y dos meses de prisión. Además, se le labró una multa por $42.500. El auto que utilizó en el ilícito quedó decomisado por la Policía de Entre Ríos y el teléfono celular secuestrado.
El viaje del a droga: de Misiones a Fiorito
Todo sucedió de la manera más insólita y casi, por accidente. Montenegro de haber salido victorioso, podría haber llegado a cumplir con su objetivo de introducir la droga en territorio lomense. Cuando circulaba en su auto Renault Sandero especialmente modificado para transportar las sustancias, se topó con un control de la Gendarmería Nacional en la mencionada RNº14. Sin embargo, a pesar de los nervios, pudo seguir su camino.
Ese mismo día, horas después, llegó a Bella Vista, Entre Ríos, donde tuvo que enfrentar un segundo control, en esta ocasión por parte de la Policía Caminera. Allí fue donde comprobaron que utilizaba una cédula falsa. Luego de «revisar» el auto, lo retuvieron unas horas. No le encontraron nada más allá de la cédula apócrifa. Quedó liberado. Sin embargo, el vehículo quedó retenido. Montenegro se volvió a Posadas en Misiones, lugar donde tenía su domicilio legal. Allí esperó por varios días para poder recuperar el Renault.
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Sin embargo, recién luego de seis días, la justicia decidió revisar a fondo el coche, encontrándose para la gran sorpresa, los 93 kilos de marihuana distribuidos en 247 ladrillos escondidos por todas partes del chasis, las ruedas, el torpedo, y más. El auto había sido completamente modificado de manera especial para el ocultamiento de la droga. Fue así como una semana después de aquel primer encuentro con la ley, la Gendarmería Nacional realizó un allanamiento en la vivienda y finalmente lo detuvo de manera definitiva.