Le impedía cualquier contacto con el exterior
Un caso aterrador. Un hombre que secuestró y torturó a su pareja por un tiempo prolongado sometiéndola a maltrato físico y psicológico. Por si fuera poco, el juez ordenó su excarcelación. Sucedió en Villa Centenario.
La víctima se encontraba reducida a vivir en una pieza. Allí estaba encerrada bajo llave. El único contacto con el exterior era su victimario, es decir, su pareja. Él, le había sacado su teléfono celular. La mujer quedó incomunicada.
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Toda la situación logró salir a la luz cuando afortunadamente en un pequeño instante de tiempo, la mujer logró tener acceso a internet. Mandó un correo electrónico a la fiscalía denunciando la situación que estaba viviendo. Lo hizo envió a la Unidad Funcional de Instrucción Nº16, especializada en violencia de género, de los tribunales lomenses.
Luego del mail, personal policial fue a la vivienda. Allí tan solo se remitieron a advertir al hombre que cese su hostigamiento. Tras el aviso, se fueron. Un mes después, todo volvió a lo que era la «normalidad». Es decir, el sometimiento y los maltratos con privaciones de la libertad hacia la mujer.
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El hombre quién le había quitado el celular a su pareja, le administraba las redes sociales, en las cuales hacía posteos de todo tipo para elaborar una fachada de relación sana. Gracias a que ella debía realizar un trámite bancario presencial, pudo salir de la casa.
Él le permitió realizarlo mediante un GPS para saber a cada minuto su localización. Sabiendo que estaba siendo rastreada, pero también consciente, de que era su única oportunidad, se fue hasta la UFI 16 para pedir ayuda. La fiscal Marcela Juan ordenó inmediatamente un allanamiento y detención del victimario.
El hombre que secuestró y torturó a su pareja quedó detenido e imputado por los delitos de «privación ilegal de la libertad coactiva agravada» y «lesiones leves agravadas por el vínculo y por ser cometida por un hombre en el contexto de violencia de género».
En libertad
A pesar del horror que perpetró, mediante procesos legales, la causa terminó en el Juzgado de Garantías Nº1 donde Jorge López, inexplicablemente, ordenó su libertad de manera inmediata. El argumento que brindó es que si bien existe el delito, el proceso burocrático de la fiscal no fue el correcto. Por esta razón, el violento fue excarcelado. La víctima pertenece a resguardo de la físcalía.
